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Atentados Terroristas en contra de los EEUU suscitados el 11 de Septiembre del 2002 (página 2)




Enviado por pacosex15



Partes: 1, 2

11. Latinoamérica: oportunidad de impulsar el
turismo

A raíz de los atentados del 11 de septiembre y la
guerra en
Afganistán, el turismo ha entrado en
crisis, la
gente tiene miedo a volar y, ante la caída del
número de pasajeros, las aerolíneas están
cerrando rutas establecidas y reajustando sus plantillas.
La
Organización Mundial del Turismo ha reducido las
previsiones de crecimiento global para este año, del 3,5%
al 2,5%, y teme que, en el 2002, la actividad se estanque en
torno al
1%.

La organización presentó su informe
estadístico en Londres, durante la inauguración,
esta semana, de la feria Mundial del Turismo. La crisis, afirma
Marco Palacios, presidente de la Asociación Argentina de
Agencias de Viajes y
Turismo, se debe al temor a volar, a la incertidumbre en torno conflicto
bélico y a la recesión internacional. A su juicio,
las fluctuaciones de estos tres factores y su interacción
influirán en la profundidad y la duración de la
crisis.

Sin duda, Estados Unidos y
Oriente Próximo serán los escenarios más
afectados por el clima de
incertidumbre internacional. Otros, en cambio, como
Latinoamérica y Europa, tienen
mejores perspectivas de afrontar la crisis. Polo Casanova,
director de la Junta administradora del turismo venezolano,
presente en la Feria, aclara que durante el evento se ha
manifestado un gran interés
por nuevos destinos que ofrezcan seguridad. Y a
pesar de que se puede pensar que los países de América
Latina tienen sus dosis de inseguridad,
en la actualidad se han convertido en los sitios más
seguros del
mundo para viajar, visitar e ir de vacaciones. En el actual
momento de convulsión, en general todos los países
de América
Latina tienen una gran oportunidad para vender sus productos en
el mercado
internacional. Latinoamérica, prosigue Casanova, ofrece
seguridad,
ecoturismo y unos destinos en harmonía con la naturaleza, para
los que actualmente existe gran demanda.
Además, se beneficiará de la regionalización
del turismo, una tendencia que aprecian los cerca de 5.000
profesionales reunidos en Londres. Los europeos viajarán
por Europa,
desplazándose preferentemente por carretera. Los
latinoamericanos evitarán sus destinos favoritos, Estados Unidos y
el Viejo Continente, y visitarán regiones de su respectivo
país y Estados vecinos.

Marco Palacios opina que esta tendencia indica
claramente que el turismo va a regionalizarse y nacionalizarse.
Actualmente se manejan otros códigos y, mientras
permanezca incierta la evolución del conflicto
bélico, la gente preferirá viajar a lugares donde
los códigos sean similares. Latinoamérica va a
recibir más turistas latinoamericanos que en la
actualidad.

Recuperar la confianza del viajero en el avión es
vital para América
Latina, un continente de grandes distancias. En esta tarea,
dice Palacios, las agencias de viajes
desempeñarán un papel
importante, ya que son el equivalente del médico de
cabecera. Además, nuestro mensaje no ha cambiado tras los
atentados. El avión sigue siendo el medio de transporte
más seguro. No
podemos permitir que el terrorismo nos
paralice.

12. Arabia Saudita:
¿cómplice de al Qaeda?

A partir de los atentados del 11 de septiembre pasado el
gobierno
estadounidense declaró la guerra contra
el terrorismo. Al
señalar al saudí Osama bin Laden, líder
del grupo
terrorista al Qaeda, responsable de los ataques contra el World
Trade Center y el Pentágono, el presidente George W. Bush
ha especificado los frentes de la guerra y ha definido a los que
apoyan el terrorismo ("el mal") y los que luchan contra
él.

Desde septiembre las agencias estadounidenses de
inteligencia
han empleado sus esfuerzos para comprobar la hipótesis de que Osama bin Laden fue el
autor de los ataques. Afganistán es el país donde
Bin Laden ha residido durante los últimos años, y
el régimen Talibán, que le amparó, se ha
transformado en el objetivo
principal. Mientras tanto, ante la alarma de nuevos ataques
dentro de EEUU se ha comenzado a insinuar la posible
conexión entre Bin Laden e Iraq. Sin
embargo, aunque este último ha sido el único
país árabe que no ha condenado los ataques a las
‘Torres Gemelas' y al Pentágono, no parecen existir
pruebas que
indiquen esa conexión. En cambio, Arabia
Saudita es un país árabe fuertemente alineado con
EEUU pero con un papel muy poco
claro sobre las redes terroristas
musulmanas.

Dentro de Arabia Saudita hay grupos de
poder
económico y político, como el movimiento
wahabista, con una fuerte tendencia anti-occidental. De hecho, el
mismo Bin Laden viene de esa tradición. Arabia Saudita ha
financiado a grupos
extremistas, empezando por los mismos muyahidines afganos que en
los años 80 pelearon contra la ex URSS.

Arabia Saudita es un país musulmán
gobernado por la familia
real, al Saud, en el que rige una interpretación muy
estricta del Islam, tanto, en
algunos aspectos, como en Afganistán. Los saudís,
en general, están divididos en dos sectores: la monarquía y la élite que la rodea;
y, el pueblo saudí. La primera vive en un mundo lujoso y
caprichoso con el dinero de
las ganancias de la exportación del petróleo y
respetan o no respetan las leyes
islámicas como quieran. La otra parte o "segunda población" vive obligada a seguir las
estrictas normas de la
secta Wahabi de Islam bajo la
vigilancia de la policía religiosa, en una sociedad donde
más de la mitad del pueblo tiene menos de 18 años,
hay alto nivel de desempleo, pocas
oportunidades para una buena educación y un
movimiento
fundamentalista cada día más fuerte. En su libro La
Yihad, Gilles Kepel (Península, Barcelona, 2001) explica
en detalle las relaciones entre el wahabismo y la monarquía.

El gobierno
saudí está oficialmente encabezado por el Rey Fahd,
pero debido a que éste se encuentra desde 1995
incapacitado mentalmente, son el
príncipe heredero Abdula y el
príncipe Sultán, actual ministro de defensa,
quienes gobiernan. Desde que el Rey enfermó el gobierno es
cada vez más vulnerable, débil y corrupto. A lo
largo de los años, con el empeoramiento de las condiciones
para la segunda población debido a la corrupción
de la familia real y
también por las peleas internas entre los príncipes
(competición por el poder) se ve
que la familia al
Saud se ha vuelto vulnerable al creciente movimiento
fundamentalista en Arabia Saudita.

Según un reportaje del periodista Seymour Hersh
en la revista, The
New Yorker, ("King's Ransom", 22/10/01) la Agencia de Seguridad
Nacional (ASN) estadounidense lleva desde el año 1994
interceptando conversaciones entre miembros de la familia al Saud
que corroboran el agudo aumento de corrupción
en el gobierno. Los miles de príncipes – que ocupan
cargos de ministros y gobernadores, entre otros – han
estado robando
dinero del
Estado,
quitando dinero de
proyectos como
el de la reforma de la Gran Mezquita de la Meca, y a
través de negocios
"sucios" con empresas
internacionales. Además de la creciente corrupción
e inestabilidad y la creciente impaciencia de una
población que adhiere cada vez más al
fundamentalismo se encuentra el problema del "dinero de
protección" que los saudís reales pagan para
mantenerse en el poder a movimientos fundamentalistas. Hersh dice
que según el espionaje estadounidense ya en 1996 Arabia
Saudí se convirtió en financiador de grupos
extremistas como al Qaeda y Hamas. A pesar de estas acusaciones
Arabia Saudita ha declarado que no financia a la red de al Qaeda u otros
grupos extremistas. Al mismo tiempo, el
gobierno saudí se ha negado a cooperar con la investigación del FBI sobre los 19 hombres
(se cree que más de la mitad era de origen saudí)
que supuestamente participaron en los secuestros de los cuatro
aviones el 11 de septiembre. Según el presidente Bush, los
que apoyan a los terroristas pueden sufrir represalias. La
investigación sigue mostrando pruebas sobre
la conexión entre grupos terroristas y Arabia Saudita.
Incluso sin la ayuda del gobierno saudí, el FBI
podría encontrar evidencias que comprometan seriamente al
Estado saudí. Puede que la familia al Saud haya financiado
a estos grupos extremistas con el fin de evitar que éstos
no les echaran del poder; sin embargo, sea cual sea el motivo,
las pruebas contra el Estado
saudí podrían aumentar. Queda por ver si el
gobierno estadounidense cumplirá con las palabras de su
presidente de investigar a fondo y que cualquier gobierno que
apoye o que protege a los terroristas sea castigado, tanto como
si fuera el responsable directo de los ataques.

13. La salud mental se
deteriora a nivel mundial

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido el
impacto psicológico, a escala
internacional, de los ataques del 11 de septiembre en Estados
Unidos. Los hechos han provocado un sentimiento de horror e
inseguridad, y
han expuesto a numerosas personas en países
industrializados al terror que millones de habitantes de otras
partes del mundo sienten en situaciones de urgencia.

En estos términos se expresó la Directora
de la OMS, Gro Harlem Brundtland, durante la presentación
del cuarto Informe sobre la
salud mental en
el mundo en el 2001. Brundtland afirma que el miedo, sea
inspirado en la crueldad, la violencia o en
enfermedades,
afecta la confianza entre las personas y entre los grupos y
comunidades que necesitan colaborar, pero también atenta
contra la seguridad e hipoteca la libertad del
ser humano. En declaraciones a Radio Nederland,
el Director del Departamento de Salud Mental de la OMS, el
Dr. Benedetto Saraceno, dijo que NO se deben
‘psiquiatrizar' las reacciones ante los trágicos
sucesos del pasado septiembre. A su juicio, NO hay que
‘psiquiatrizar' reacciones legítimas y normales de
un evento tan terrible que ha golpeado una ciudad y que trasmite
esa angustia de toda una nación
a millones de personas. No puede ser reducido a una simple causa
de problemas de
salud mental. Esa es la reacción de una humanidad
golpeada, que está respondiendo con miedo, con un
sentimiento de inseguridad. Si bien se le puede llamar salud
mental, se debe evitar ‘medicalizar' o
‘psiquiatrizar' respuestas que son finalmente bien
normales, precisó el experto.

Según el Dr. Saraceno, este acontecimiento a
escala
internacional ha causado un sentimiento totalmente desequilibrado
porque se trata de vidas humanas.

La OMS manifiesta preocupación por el deterioro,
a pasos agigantados, de la salud mental a nivel internacional. En
su informe, la
organización asegura que unos 450 millones de personas
padecen trastornos mentales o neurológicos, y pronostica
que, para el 2020, algunas de estas enfermedades, como la
depresión, se convertirán en la
segunda carga mundial de morbididad.

Anualmente, la depresión
afecta a un 5,8 por ciento de hombres y un 9,5 por ciento de
mujeres, y se calcula que unos 120 millones de personas sufren
actualmente depresiones, mientras que otros 24 millones padecen
esquizofrenia
y 50 millones sufren epilepsia.

De los 37 millones de personas dementes, la enfermedad
de Alzheimer es
la responsable de la mayoría de los casos; un 5% en
hombres y un 6% en mujeres de más de 60
años.

En la actualidad, sólo un 33 por ciento de los
países asigna menos del 1% de su presupuesto
sanitario total a la salud mental, se utiliza una muy limitada
gama de medicamentos y NO se dispone de los tres productos
esenciales para tratar la esquizofrenia, la
depresión y la epilepsia en el nivel de atención primaria.

Cada año se registran entre 10 y 20 millones de
suicidios. En más de la mitad de los países hay
solamente un psiquiatra por cada 100 mil habitantes, y el 40% de
los países reserva para los enfermos mentales menos de una
cama de hospital por cada 10 mil habitantes.

Los trastornos mentales y neurológicos NO son
exclusivos del Tercer Mundo, tal como lo explica el Dr. Saraceno:
"Es un error pensar que los problemas de
salud mental sean exclusivamente de los ricos o de los pobres;
son males generales. Hay diferencias. Hay una distribución geográfica de las
enfermedades. Vemos que, por ejemplo, la depresión es
más frecuente en países desarrollados como en
Estados Unidos y Canadá, así como en países
industrializados de América
Latina, más que en África. En cambio, trastornos
como la epilepsia, infecciones perinatales o el retraso mental,
ocurren con más frecuencia en África o en
países de muy bajo desarrollo".

El alcoholismo
genera la mayor tasa de enfermedades mentales en Europa del Este,
donde Rusia registra el más alto índice de
suicidios. La intoxicación aguda, el uso nocivo, el
síndrome de la dependencia a sustancias tóxicas o
alucinógenas, constituyen una pesada carga para la salud
mental en el mundo.

1.200 millones de personas consumen tabaco, y, para
el 2025, la OMS prevé que la cifra superará los
1.600 millones. Además, se calcula que en el 2020, las
defunciones a causa de tabaquismo se
elevarán a 8,4 millones.

Según la OMS, los pobres soportan a menudo una
carga más importante de enfermedades mentales, tanto por
el mayor riesgo de sufrir
cualquiera de esos males como por su menor acceso a los
tratamientos. De ahí que la OMS proponga a los gobiernos
la sustitución progresiva de las grandes instituciones
psiquiátricas por sistemas de
atención comunitaria, para integrar la
salud mental en los cuidados primarios y en el sistema general
de sanidad.

14. Bush da un impulso a la economía
Norteamérica

El presidente norteamericano, George Bush,
presentó un nuevo paquete de medias para estimular la
economía
estadounidense, por un monto de 75 mil millones de
dólares. Esta cifra se sumaría a los fondos que ya
han sido aprobados por el Congreso norteamericano, a raíz
de los atentados del pasado 11 de septiembre. Bush pidió a
los políticos actuar con rapidez.

El presidente Bush y su ministro de Finanzas, Paul
O'Neill, señalaron que el objetivo del
paquete de emergencia es fortalecer la confianza del consumidor
norteamericano, atemorizado por los recientes acontecimientos;
incentivar las inversiones  y ayudar a los centenares de
miles de personas que han perdido su trabajo como consecuencia de
los devastadores ataques.

Antes del 11 de septiembre, la economía
norteamericana ya daba señales de inestabilidad. Ahora,
muy probablemente, las persistentes secuelas de los ataques
terroristas en Nueva York y Washington sumirán en una
recesión a la economía más importante del
mundo. Cabe preguntarse qué tan grave es esta
situación. Entre tanto, el presidente Bush se ha reunido
con los máximos representantes de la industria y
del mundo empresarial para ponerlos al tanto de los planes
gubernamentales encaminados a fomentar la reactivación
económica.

Bush opinó que todos comprenden perfectamente que
los acontecimientos del 11 de septiembre significaron un duro
golpe para la conciencia y la
economía nacionales. Pero, añadió, "los
terroristas no afectarán nuestras almas, ni la grandeza de
los EEUU". Por su parte, el ministro de finanzas, Paul
O'Neill, pidió al Congreso aprobar
rápidamente  un paquete de medidas para estimular la
economía, por un monto de entre 60 y 75 mil millones de
dólares. El presidente Bush y su  equipo de
economistas no han revelado aún los detalles del plan, pero uno de
los elementos más importantes es, desde luego, el
inevitable remedio del Partido Republicano para todas las
enfermedades: una reducción de impuestos, para
incentivar la confianza del consumidor. Los
demócratas coinciden en que se necesita un
estímulo. El líder
de la mayoría demócrata en el Senado, Tom Daschle,
propone reducir los impuestos para
los sueldos más bajos. Sin embargo, los demócratas
no se muestran muy partidarios de  ampliar el plan presidencial
de reducciones fiscales, el cual ya  había sido
presentado a principios de
este año. Los demócratas opinan que esta iniciativa
beneficia sobre todo a los sectores más acaudalados. En
cambio, sí están de acuerdo con los planes de Bush
para incentivar las inversiones y,
bajo las actuales circunstancias, extender las prestaciones
sociales para los desempleados. Como otros republicanos, George
W  Bush es alérgico a un aumento del presupuesto
público, salvo si está destinado a Defensa. En
su campaña electoral, Bush prometió que no
excedería el presupuesto. No
obstante, el presidente indicó que, en caso de una
emergencia nacional, de una recesión o de una guerra,
existe una buena razón para hacer todo lo necesario para
restablecer la seguridad nacional, y ganar la guerra contra el
terrorismo.

En un intento de reactivar la economía, la
Reserva Federal, el banco central
estadounidense, está reduciendo los tipos de interés
para préstamos a corto plazo. Después de los
atentados, los republicanos y los demócratas parecen estar
lo bastante unidos como para dar una respuesta rápida a
los efectos económicos de los ataques. Si bien será
imposible pronosticar la duración o la intensidad de la
recesión, por el momento, parece que no habrá
discordia, al menos en el plano político, que la pueda
empeorar.

15. A.I. denuncia discriminación contra
musulmanes

La organización pro derechos humanos
Amnistía Internacional (AI), con sede en Londres, ha
denunciado la discriminación y amenazas registradas en
varios países contra ciudadanos musulmanes o de origen
asiático, tras los atentados del 11 de septiembre en
Estados Unidos.

Con su postura, Amnistía quiere dejar claro que
la lucha contra el terrorismo no puede usarse "oportunamente"
para minar las libertades civiles y los derechos humanos. En su
comunicado AI afirma que "el horror de los ataques del 11 de
septiembre no debería, en nombre de la lucha contra el
terrorismo, convertir a otras comunidades de todo el mundo en
víctimas".

Entrevistado por Radio Nederland,
el señor Javier Zuñiga, director de Estatregia
Regional de AI, ha condenado la "avalancha" de delitos raciales
que parecen directamente vinculados a atentados, en los que
hombres y mujeres "han sufrido el abuso e, incluso, han sido
atacados…por su identidad
nacional o religiosa, ya sea real o aparente", como
señala el comunicado.

Pese a las llamadas a la tolerancia y al
control de las
autoridades, sólo en Estados Unidos – según los
datos de
Amnistía – se han registrado más de 540 ataques
contra ciudadanos árabes y, al menos, doscientas
agresiones contra personas de origen sij, una minoría
religiosa de la India.

"Mezquitas, templos hindúes y otros centros han
sido atacados en países como Polonia, India, el
Reino Unido y Dinamarca", señala AI en su comunicado, al
tiempo que
condena también la detención de musulmanes y
personas de Oriente Medio en países como México,
Brasil y
Paraguay bajo
la sospecha de tener lazos con organizaciones
terroristas. La organización pro derechos humanos
expresa asimismo su temor a que China se
escude en las atrocidades en EE.UU. para reprimir a grupos
musulmanes de la región de Xinjian Uighur, al noroeste del
país. Los gobiernos deberían adoptar medidas para
garantizar "los derechos de todos, sean o no
sean ciudadanos", y no tolerar ninguna amenaza o violencia
racistas, señala finalmente AI.

16. Impacto Económico

Las preguntas que todo el mundo se hace en Estados
Unidos y para las que casi nadie tiene respuestas firmes son
básicamente dos:  ¿cuándo y
dónde se desencadenará a respuesta americana a los
ataques terroristas del martes negro pasado, 11 de setiembre? .
¿cómo afectará todo esto a la
economía norteamericana y más precisamente a la de
todos y cada uno de los estadounidenses?

Pero si se habla con latinoamericanos, o con americanos
con familia o intereses en América Latina, surge
inevitablemente una tercera pregunta, íntimamente ligada a
las dos anteriores: ¿cómo afectará todo esto
a la economía de América Latina y a los bolsillos
de los latinoamericanos?

Por supuesto, no pretendemos tener respuestas firmes
para ninguna de las tres, pero si elementos de respuesta para al
menos dos. La primera sólo la podría contestar el
presidente George W. Bush en su calidad de
comandante en jefe del ejército de Estados Unidos y aunque
ya ha dado varias señales de cuales son sus
propósitos, obviamente no tiene interés de avisar
con antelación cómo, cuándo y dónde
lanzará su segura respuesta. Veamos entonces las otras dos
preguntas, íntimamente vinculadas entre si: hasta el
momento, el impacto del martes trágico ha sido devastador
en vidas humanas, mas de 6.500 muertos, ha dejado profundas
huellas en una población literalmente traumatizada por los
ataques a baluartes simbólicos considerados inexpugnables
y ha provocado pérdidas que las compañías de
seguro
evalúan en unos 70.000 millones de dólares,
además de quiebras de compañías y brutales
caídas en las bolsas. Es obvio que el crecimiento
económico de Estados Unidos, que ya había 
declinado sensiblemente desde que empezó el año
2001, se reducirá aún más en las semanas y
meses venideros, con excepciones: los sectores vinculados a la
defensa y a las modernas tecnologías seguramente se van a
sentir respaldados. Lo mismo quizás ocurra con el mercado
inmobiliario, por aquello  de que en tiempos de crisis la
vivienda se convierte en un "valor-refugio". Pero todos los demás
sectores, empezando por los vinculados al turismo y al transporte
aéreo se verán seriamente afectados. Esto
repercutirá en todo el mundo, pero no del mismo modo en
todas partes; aún en América Latina, el impacto de
la crisis no será el mismo para México y
América Central que para Brasil, Chile, 
Argentina o
Venezuela. Sea
como fuere, si la demanda
estadounidense se contrae, los primeros en sentirlo van a ser los
millones de latinoamericanos que viven del comercio con
Estados Unidos, que representa mas del 50% de su actividad y en
casos como el de México, el 90% de sus exportaciones.
Curiosamente, hasta ahora los precios de las
materias primas se han mantenido, claro que a niveles bajos, y el
del petróleo
podría subir, lo que significaría para Venezuela, y
en cierta medida también para México, un alivio o
aporte. En su conjunto, el panorama para América Latina es
sombrío, económica y también
políticamente visto desde Estados Unidos. Su
posición en la agenda americana, que tras la visita del
presidente de México Vicente Fox parecía que iba a
recibir atención prioritaria, pasa ahora a un más
que discreto tercer plano: no somos parte del problema
terrorista, es cierto, pero tampoco de la solución del
mismo, como ocurre con los miembros de la OTAN o con
países clave, como podría ser el caso de la
China, la
India, Pakistán o Arabia Saudita. Pero no todo es
compactamente siniestro: en este mundo tan volátil y por
momentos hostil, América Latina aparece a los ojos de
Estados Unidos como una zona relativamente calma y globalmente
amistosa. Por otra parte, las tasas de
interés han bajado y todo hace pensar que de
algún modo los latinoamericanos se beneficiarán de
los esfuerzos del presidente Bush para mantener viva y en
funcionamiento la maquinaria económica. N A corto plazo,
lo estamos viendo, América Latina paga un precio alto a
la interrupción del comercio y a
la paralización de las actividades que provocaron los
ataques suicidas del martes 11, que podrán atenuarse o
acentuarse una vez que se desate la contraofensiva
antiterrorista.
Todo dependerá entonces de cual será el nivel de
crecimiento de la economía de Estados Unidos en tiempos de
conflicto abierto.  

17. Limitada caída del índice de Wall
Street

En el primer día de apertura después de
los devastadores atentados, la bolsa de valores
en Estados Unidos perdió un poco más del 7 por
ciento.   Los analistas habían pronosticado una
caída entre un 5 y un 10 por ciento. A primera vista la
pérdida fue reducida, pero para las
compañías aéreas el día fue un
desastroso, una de ellas vio bajar el valor de sus
acciones en un
50 por ciento. Las empresas de
seguros
también sufren graves pérdidas. Las palabras que
llamaban a la calma y la imprevista reducción del tipo de
interés, muy poco antes de la reapertura de la bolsa, eran
medidas destinadas a prevenir que cundiera el pánico entre
los impacientes inversionistas. La tragedia humana, causada por
los atentados no debe convertirse en una tragedia financiera.
Según las autoridades norteamericanas la economía
estadounidense es lo bastante sólida como para soportar
las consecuencias de la catástrofe. La Reserva Federal, el
sistema de
Bancos
Centrales en Estados Unidos, decidió reducir el tipo de
interés en medio punto, para fortalecer la confianza de
los accionistas en la economía norteamericana. Con un
interés más bajo las empresas pueden establecer
préstamos a un precio
inferior e invertir mejor. Un interés reducido beneficia
también a los consumidores, que tienen que seguir
comprando  productos.

La reducción de la tasa de
interés fue una maniobra maestra que ha contribuido,
sin duda alguna, a la moderación de caída en la
bolsa de valores. El
Banco Central
Europeo siguió el ejemplo de la Reserva Federal, y redujo
el interés en medio punto. Gracias a ello, tampoco
cundió el pánico en las bolsas de este lado del
mundo. Lo mismo ocurrió en las bolsas de Asia y
América Latina.

Sin embargo, nadie sabe si los mercados de
valores han
pasado lo peor. Los atentados terroristas se han producido en un
momento crítico. Ya antes del martes 11 la confianza de
los consumidores y productores en la economía se cotizaba
a la baja. En el segundo trimestre de este año, la
economía norteamericana creció con tan sólo
un 0,2 por ciento y muchos economistas temen que en el tercer
trimestre sea peor. Los pronósticos para la economía no eran
muy positivos y los atentados sólo los han empeorado. Los
sentimientos de inseguridad desempeñan un papel
importante. Los ciudadanos temen que la represalia que Estados
Unidos genere respuestas dramáticas. Este tipo de
sentimientos no son positivos para la bolsa de valores.
Sin embargo, también hay empresas que se benefician de
esta situación. Los inversores mostraron mucho
interés por acciones
relacionadas con la defensa. Productores de armamento
experimentaron subidas hasta un 40 por ciento. Una cosa es
segura: en el próximo futuro la evolución de las bolsas es
impredecible. 

18. El miedo a volar: Efecto de la
tragedia

En la medida que pasan las horas, una psicosis
colectiva se apodera de los estadounidenses, inquietos por la
seguridad aérea en su país, aún cuando de
momento no se ha recuperado la normalidad en el tráfico
aéreo.

Las espeluznantes imágenes
de aviones estrellándose contra las Torres Gemelas de
Nueva York podrían aumentar el miedo a volar y provocar un
temor generalizado sobre la seguridad de edificios oficiales y
rascacielos de Estados Unidos.
Los ataques terroristas contra las torres neoyorquinas y el
Pentágono, cometidos con aviones comerciales secuestrados
y que podrían haber causado miles de muertos, han dado
lugar a los cuestionamientos de la opinión
pública.
Según informa la agencia EFE, tres días
después de los atentados, la práctica totalidad de
las aeronaves estadounidenses permanecen en tierra, debido
a que el Gobierno no puede garantizar aún su
seguridad.
Para tener una idea de la dimensión del transporte
aéreo en Estados Unidos tengamos en cuenta que ese
país registra entre 40 mil  y 50 mil vuelos
comerciales cada día y, en algunos momentos, coinciden en
el espacio aéreo estadounidense casi cinco mil aparatos al
mismo tiempo.


El miedo a volar

Un despacho firmado por la corresponsal Patricia Souza recoge las
opiniones de varios ciudadanos, entre ellos Vicki Massey,
empleada de la empresa de
abogados Law Firm DC, cuya sede en Nueva York seguirá
cerrada. "No voy a volar en unos años, posiblemente.
Quiero estar segura de que se toman las medidas precisas antes de
volver a subirme a un avión con mi hijo de 4 años",
dijo Massey.

"No creo que vaya a tomar un avión para viajar a
mi país. Nadie puede creer esto que le ha ocurrido a la
nación
más poderosa de la tierra",
afirmó Daisy García, una salvadoreña que
trabaja en el edificio Homer y que vive en Washington desde hace
20 años.
Otro empleado de un inmueble cercano, Gregg Dingle, de 28
años, se refería a que el World Trade Center de
Nueva York, ahora destruido, ya había sido objeto de un
atentado terrorista en 1993, y mostraba su estupefacción.
"Se supone que debíamos estar protegidos en Estados
Unidos. La seguridad en los aeropuertos es muy débil,
apenas inexistente para los vuelos nacionales, y yo pensaba que a
un sitio como el Pentágono no podía uno acercarse",
apuntó Dingle.
Junto a él, la joven Claudia Ramons, de 17 años,
comentaba que "el Gobierno dedica mucho dinero a la seguridad y,
sin embargo, no parece que estemos protegidos", y aseguraba que
teme ahora estar demasiado cerca de edificios del
Gobierno.

Caerá la demanda del transporte
aéreo
Los analistas dan por hecho que en los
próximos meses se va a producir un descenso en el
transporte aéreo en EEUU, lo que puede empeorar la
situación económica del país, que ya antes
de los atentados vivía una brusca desaceleración
cercana a la recesión.

Lo ocurrido en Nueva York y Washington afectará
negativamente a las aerolíneas y previsiblemente
también a negocios que
dependen del transporte aéreo, como hoteles, empresas de alquiler de
automóviles o restaurantes.
 "Se espera que la demanda del transporte aéreo caiga
de forma brusca", dice en un comunicado la empresa Midway
Airlines, que el miércoles 12 anunció que
suspendía sus operaciones y
despedía a 1.700 trabajadores tras los
atentados.

La Asociación de la Industria de
Viajes de Estados Unidos ha admitido que el turismo
"sufrirá retos en los próximos días y
semanas", y que las consecuencias de la tragedia son
todavía "inciertas".  "Vamos a trabajar duramente con
la industria (del turismo) y el Gobierno para asegurarnos que
viajar es seguro y para recuperar la confianza de los viajeros
estadounidenses", apuntó William Norman, presidente de esa
agrupación.
Entretanto la agencia francesa AFP reproduce las declaraciones
del director de la estatal Compañía
Aeronáutica Civil  colombiana, Juan Vélez, que
previó que los ataques terroristas del  martes en
Estados Unidos afectarán en forma notoria al transporte
aéreo  mundial.  "Lo ocurrido el martes fue
supremamente delicado para la aviación mundial 
porque el impacto va a ser de dimensiones muy grandes",
indicó Vélez en  declaraciones a la privada
emisora Radionet.
Precisó que "en los próximos días
serán muchos los pasajeros que a raíz de  los
actos terroristas no van a utilizar aviones, lo que
ocasionará una  importante disminución en la
demanda".  
Pérdidas millonarias
Tras los atentados
perpetrados en los Estados Unidos, las aerolíneas
mexicanas y extranjeras que suspendieron sus operaciones en
México desde el día 13 de septiembre,  han
registrado pérdidas por unos 13 millones de
dólares, según consultores de aviación.
El especialista en aeronáutica Fernando Gómez
aseguró a la agencia española EFE que dicha cifra
corresponde únicamente a las 562 operaciones comerciales
suspendidas en los 28 aeropuertos internacionales del país
por el cierre del espacio aéreo estadounidense.
Gómez explicó que sólo en el aeropuerto
capitalino se cancelaron 262 operaciones hacia los Estados
Unidos.

El también consultor Simón García
dijo que además de las pérdidas económicas,
es probable que la actual coyuntura genere "una severa crisis
económica" en la industria aérea mexicana.
Expresó su temor de que a raíz de los atentados
perpetrados en los Estados Unidos se genere una psicosis mundial
y una drástica reducción en la demanda del servicio
aéreo.

19. La seguridad en Estados Unidos
afectada

Los estadounidenses se sienten profundamente afectados
en su sentido de la seguridad tras los atentados del martes
contra el World Trade Center en Nueva York y el edificio del
Pentágono en Washington. Si muchos pensaban que los EEUU
exageraban en su política de
seguridad, ahora vemos que estas han sido insuficientes para
evitar una catástrofe de estas dimensiones.

El sentido de la seguridad en una sociedad abierta
y democrática se ha visto gravemente afectado por los
recientes acontecimientos. Por eso, el presidente Bush
trató anoche de manifestar su apoyo moral a sus
compatriotas…. "La intención de estos actos  de
genocidio es la de sembrar el pánico y el caos en nuestra
sociedad. Pero no han tenido éxito:
nuestro país se ha mostrado fuerte.  Un gran pueblo
se ha movilizado para defender a un agran nación. Los
terroristas podrán sacudir los cimientos de nuestros
más grandes edificios, pero no podrán horadar los
cimientos de la sociedad estadounidense."

Bush se dirigió a la nación desde la Casa
Blanca, a donde llegó finalmente tras una larga
peregrinación por varias partes del país. En el
momento de los atentados, Bush se encontraba visitando una
escuela en la
Florida. Qué tan seguro ha sido regresar a Washington?
Allí, el  edificio del Pentágono, o mejor
dicho el mismísimo Ministerio de Defensa, también
había sido blanco de uno de los atentados suicidas con un
avión de pasajeros. Tras aterrizar en la base de la
fuerza
aérea de Barksdale en el estado de
Louisiana, y una visita al búnker del comando militar en
el estado de Nebraska, el presidente se dirigió finalmente
a Washington, la capital
norteamericana, desde donde pronunció su alocución
televisada al pueblo estadounidense. Bush manifestó en su
discurso que
los autores de los atentados serán encontrados y
castigados….

"He ordenado la utilización de todos nuestros
recursos del
servicio de
inteligencia y
las fuerzas del orden para encontrar a los responsables y
llevarlos ante la justicia. No
haremos ninguna distinción entre los terroristas que han
cometido estos atentados y aquellos que los han ayudado y
protegido. Los EEUU y nuestros amigos y aliados nos uniremos con
todos aquellos que desean la paz y la seguridad en el mundo.
Juntos formaremos un frente en nuestra lucha contra el
terrorismo".

La pregunta que casi todo el mundo se hace ahora es la
de: se habría podido evitar todo esto? No se podía
proteger a la sociedad estadounidense contra actos terroristas de
esta magnitud? No cuentan los EEUU con un poderoso servicio de
inteligencia? Habrán recibido indicios de lo que iba a
pasar pero no los tomaron en serio? Todo esto son simples
especulaciones. La realidad es la de que se ha tratado de una
acción meticulosamente preparada y claramente dirigida. El
detalle más sorprendente es el de que los atentados han
tenido lugar utilizando aviones en vuelos internos.  Es
probable que los secuestradores de las naves hayan sido
ciudadanos estadounidenses que utilizaron en su acción
simples navajas. Esto se deduce de las llamadas
telefónicas que muchos pasajeros hicieron con sus
celulares, desde los aviones secuestrados. Además, entre
los secuestradores aéreos se encontraban expertos pilotos
que dirigieron las aeronaves directamente hacia sus blancos.
Estos terribles atentados dejan al descubierto una vez más
lo vulnerables que son las democracias. Indudablemente ahora se
exigirán mayores medidas de seguridad. Pero la peor
alternativa es la de un estado policial. Un estado en el que todo
el mundo pueda ser controlado y vigilado en cualquier momento del
día o la noche. Esto socavaría las bases de una
democracia, en
donde la población precisamente debe sentirse libre y
segura en sus movimientos. La implementación de un
sofisticado y costosísimo escudo de defensa espacial
tampoco ofrece ninguna alternativa, según han indicado
siempre los opositores a dicho sistema. Mientras siga existiendo
un caldo de cultivo para este tipo de terroristas no habrá
ningún sistema de defensa que ofrezca una respuesta
satisfactoria. Esto exige una gran responsabilidad de los políticos
estadounidenses. Solo una equilibrada política
internacional podrá neutralizar eficazmente  este
tipo de ciego radicalismo.

d. La Reacción
del Mundo

1. Saddam Hussein

Los Estados Unidos mantienen la presión
sobre Saddam Hussein, calificando los esfuerzos de Bagdad por
iniciar un diálogo
acerca de nuevas inspecciones de armas como una
"pose para eludir sus verdaderas obligaciones".
Irak se
embarcó recientemente en una ofensiva diplomática
con el objeto de neutralizar un posible intento norteamericano de
derrocar a Saddam por la fuerza.

´

Los esfuerzos iraquíes han incluido tentativas de
diálogo
con las Naciones Unidas,
el Congreso Norteamericano, los aliados de Estados Unidos en
Europa en general y Gran Bretaña en particular. Hasta el
momento, los intentos de Saddam no han tenido mayor éxito
pero se espera que seguirá intentándolo, por la
sencilla razón de que sigue creciendo el escepticismo
frente al planeado "cambio de Gobierno" por medio de una guerra,
y no solo por parte de los aliados europeos sino más
aún de los aliados árabes de los EE.UU. y vecinos
de Irak. Un
comentario de nuestro redactor para el Oriente Medio. Existe poca
simpatía entre Saddam Hussein y sus vecinos después
de la brutal invasión iraquí contra Kuwait en 1990.
En 1991, Egipto y Siria
participaron con sus tropas y Turquía prestó sus
bases aéreas y otras instalaciones para la
Operación Tormenta del Desierto que expulsó a
Saddam y su ejército de Kuwait. Arabia Saudita se
sintió tan amenazado que optó por el acto sin
precedentes de aceptar la presencia de militares norteamericanos
en su territorio. Mientras tanto, la naturaleza del
régimen de Saddam no ha cambiado y Washington sigue
sosteniendo que  el actual Gobierno de Irak constituye una
amenaza para sus vecinos a causa de sus continuos intentos de
desarrollar armas de
destrucción masiva. Pero, once años después,
esos vecinos amenazados no tienen mayor apuro en embarcarse en
una guerra contra Saddam. Por el contrario, Arabia Saudita, por
ejemplo, se ha negado a autorizar a los norteamericanos a
utilizar sus bases aéreas para lanzar una ofensiva contra
Bagdad. Ahora, Estados Unidos está abocado a transferir su
equipo militar a Qatar. Ahora bien, ¿a qué responde
la negativa de esos países a participar en el
derrocamiento del dictador? La respuesta es simple: Esos vecinos
y otros países árabes como Egipto tienen
más miedo a la inestabilidad interna que a Saddam. Existe
una fuerte corriente antinorteamericana en la opinión
pública árabe e islámica como
consecuencia de lo que es interpretado como una política
hipócrita por parte de Washington. Cuando los
países árabes o islámicos, sean Irak,
Irán, Sudán o Libia, contravienen resoluciones de
las Naciones Unidas,
el castigo militar o las sanciones económicas no se hacen
esperar y, sin embargo, se ha tolerado, sin tomar medida alguna,
la ocupación israelí de
territorio palestino por más de 35 años. Y cuando
los palestinos se alzan en protesta contra la ocupación
–según los países árabes-  el
primer ministro israelí
Ariel Sharon recibe carta blanca de
parte de Washington para reprimir la protesta con violencia. Esas
contradicciones han fomentado la reacción del Islam
militante, de donde han surgido grupos extremistas como la
red Al Qaeda de
Osama Bin Laden. Y mientras la mayoría de los musulmanes
condenan los atentados del 11 de septiembre, muchos sienten que
la guerra contra el terrorismo muchas veces se confunde con una
guerra contra el Islam, a pesar de las repetidas afirmaciones
norteamericanas de lo contrario. Es así como aliados
árabes de Washington como Egipto, Jordania y Arabia
Saudita no tienen demasiado interés en involucrarse en una
guerra que va a detonar las iras de los militantes
islámicos en sus propios países. Además, el
régimen de Irán ha sido acusado también por
el presidente Bush de formar parte del "eje del mal", junto con
Irak y Corea del Norte, por lo que hay temores de que pueda ser
el próximo en la lista después de ser derrocado
Saddam Hussein.

Por otra parte, muchos de los vecinos de Irak comparten
la opinión de una cantidad de importantes generales
norteamericanos, según se deslizó hace poco en la
prensa
estadounidense. A diferencia de la política oficial de la
Casa Blanca, esos altos oficiales son de la opinión de que
la política de "contención" ha dado muy buenos
resultados en los últimos once años.
"Contención" significa en este caso mantener a Saddam
Hussein a raya a través de sanciones de las Naciones
Unidas, de las zonas de prohibición de vuelo en el norte y
en el sur de Irak y de incursiones aéreas regulares con el
fin de evitar la reconstrucción de sus defensas. En lugar
de apoyar una arriesgada aventura con consecuencias imprevisibles
para la propia estabilidad, aquellos países prefieren
seguir tratando con un "diablo" que ya conocen y que se encuentra
neutralizado.

2. Terrorismo, un enemigo de la OTAN y de
Rusia

El secretario general de la OTAN, George Robertson,
sostuvo en Praga que es necesario unir sus fuerzas con Rusia para
luchar contra el terrorismo internacional. "Por primera vez en 60
años, la Federación Rusa y Occidente tienen un
enemigo común", dijo el máximo representante de la
Alianza Atlántica horas antes de concluir una visita a la
República Checa para conocer los preparativos para la
cumbre de esa organización, que se celebrará en
noviembre en Praga.

Tomando en cuenta la situación surgida tras los
ataques del 11 de septiembre, los ministros de Relaciones
Exteriores de los países miembros de la OTAN decidieron a
finales del año pasado en Bruselas crear una
institución donde Rusia pudiese participar en las
decisiones de la Alianza. La concepción de ese organismo
debería quedar definida en la próxima cumbre de
ministros de Exteriores de los países de la OTAN, que
tendrá lugar el mes de mayo en Islandia. Moscú, sin
embargo, no tendrá la facultad de vetar las decisiones de
la OTAN, ni modificar el rol fundamental de esa
institución, aclaró Robertson ante los temores de
algunos países, que opinan que aún no es tiempo
para formar alianza con Rusia. El Gobierno checo, no obstante,
califica a Rusia como un país ‘relativamente
democrático', incluso, el primer ministro este
país, Milos Zeman, declaró hace pocos meses que no
debería descartarse la posibilidad de que Rusia, en un
futuro, sea un miembro de pleno derecho de la Alianza
Atlántica. Respecto a la ampliación, Robertson dijo
que, aunque todavía no se ha tomado una decisión
definitiva sobre qué países serán invitados
a adherirse a la OTAN en la próxima cumbre de Praga, los
países candidatos difícilmente podrán
acceder a ese ente si no someten sus sistemas de
defensa a un intenso proceso de
modernización. Uno de los países que ha hecho
bastante en esa materia es
Eslovenia, una de las ex repúblicas yugoslavas más
pequeñas y que tiene sólo dos millones de
habitantes, pero hasta la reunión de Praga le queda
todavía mucho por hacer y aún es necesario que
mejore la efectividad de su ejército. Además,
postulan a integrarse en la OTAN Eslovaquia, Lituania, Letonia,
Estonia, Bulgaria, Rumania, Macedonia y Albania, es decir, la
mayoría países que antes de la caída del
Telón de Acero formaban
parte del Pacto de Varsovia.

3. La República
Checa se suma a la guerra

El Ejército checo participará en las
operaciones de combate contra el terrorismo. Así fue dado
a conocer recientemente por el primer ministro checo, Milos
Zeman, quien agregó que el país pondrá a
disposición de Estados Unidos una unidad
antiquímica con 160 soldados. De esta manera, la
República Checa se convierte en el primero de los nuevos
miembros de la OTAN, al que Estados Unidos solicita ayuda militar
directa.

Desde hace dos años, el batallón
antiquímico del Ejército checo forma parte de las
Fuerzas de Intervención Rápida de la OTAN y, en
caso de necesidad, sus efectivos pueden trasladarse a cualquier
lugar del mundo en solo una semana.

En total, en las operaciones antiterroristas
deberían tomar parte unos 300 efectivos checos, ya que la
unidad antiquímica será reforzada con grupos
logísticos, paracaidistas y una unidad de transporte.
"También viajarán con ellos expertos en armas
biológicas", declaró el jefe del Estado Mayor del
Ejército checo, Jiri Sedivy, al tiempo que subrayaba que,
de ser enviados directamente a la línea de fuego,
sería necesario reforzar la misión con
un amplio sistema de comunicación.

Aunque las autoridades militares checas no han
suministrado detalles sobre las operaciones, varios analistas
opinan que la unidad de protección química será
desplegada en Pakistán o Uzbekistán. Sin embargo,
Praga baraja también la posibilidad de que se traslade
directamente aquellas zonas estadounidenses expuestas a los
ataques con armas químicas y biológicas. No
obstante, lo más probable es que Estados Unidos solicite
al Ejército checo que sus efectivos se desplacen a
Asia Central,
ya que, desde allí, podrían apoyar a las tropas
terrestres norteamericanas, si éstas desean penetrar en
los campos de entrenamiento de
terroristas en Afganistán.

Con mucha cautela, el ministro de Defensa checo,
Jaroslav Tvrdik, adelantó que los soldados checos
emprenderán un largo viaje en el cual los riesgos pueden
ser muy altos. "Existen grandes probabilidades de que participen
en enfrentamientos armados, pero también la posibilidad de
que a última hora se cancele la operación",
subrayó Tvrdik, quien precisó que todo
dependerá del desarrollo del
conflicto.

La decisión de la República Checa de
enviar tropas al lugar de las operaciones ha sido bien acogida
por la mayoría de sus ciudadanos, quienes consideran un
gran honor para su país ser uno de los primeros a los que
Estados Unidos solicita ayuda militar directa. "Esto aumenta el
prestigio de nuestras Fuerzas Armadas", opinaba un joven
estudiante de Praga, poco después de darse a conocer la
noticia.

La unidad antíquimica checa goza de gran
prestigio en Estados Unidos, ya que, durante la Guerra del Golfo
fue la única en detectar pequeñas cantidades de
gases
tóxicos en el desierto. Poco tiempo después de su
intervención, que tuvo lugar entre 1990 y 1991, el
entonces subsecretario de Defensa norteamericano, Theodor Prociv,
elogió el alto nivel de los especialistas del entonces
Ejército checoslovaco, y comprobó  que estaban
capacitados para analizar sustancias tóxicas en poco
tiempo.

Además de su participación en el Golfo
Pérsico, la unidad antiquímica checa, cinco de
cuyos 160 miembros son mujeres, ha intervenido con éxito
en varias misiones internacionales de paz en los
Balcanes.

4. La importancia de Turquía en la
guerra

Con el recrudecimiento de la guerra contra Osama bin
Laden y los Talibán en Afganistán, Turquía
ha cobrado mucha importancia para Estados Unidos, por ser el
único Estado miembro de la OTAN con una población
mayoritaria musulmana. Ankara se ha declarado aliado de 
Washington en su lucha contra el terrorismo y permite el uso de
sus bases para ataques contra Afganistán. El Gobierno
turco considera incluso la posibilidad de enviar
tropas.  

La base turca de Incirlik, en el sur del país,
desempeña un papel primordial en el apoyo logístico
a las operaciones norteamericanas contra  los Talibán
en Afganistán, ya que desde allí despegan
caza-bombarderos norteamericanos. Tras los atentados del 11 de
septiembre pasado, Turquía fue unos de los primeros
países musulmanes que ofreció apoyo a Estados
Unidos. La gran mayoría del Parlamento turco aprobó
una ley que permite
al Gobierno enviar tropas a Afganistán. El periodista
Sinan Gocken, del diario turco Hurriyet, opina que Turquía
tiene mucho que ofrecer.

Según este informador, el Ejército turco
tiene una experiencia única en una situación de
guerra similar, porque luchó durante casi 15 años
contra los guerrilleros kurdos del PKK, y porque la geografía donde se
combatió es muy similar a la de Afganistán.
Además, Turquía era el único país de
Occidente con una población de mayoría musulmana,
que, hasta hace poco, mantenía relaciones tanto con el
régimen de los Talibán como con la Alianza del
Norte.

Ahora se insiste que, en el futuro, Turquía
podría encabezar una fuerza de países
islámicos bajo auspicios de Naciones Unidas, en
Afganistán.

Sin embargo, si bien Estados Unidos puede conceder un
papel importante para Turquía en su guerra contra el
terrorismo, el pueblo turco no parece estar muy convencido.
Recientes encuestas
indican que una gran mayoría turca se opone a los ataques
norteamericanos, e incluso una aún mayor objeta la
participación turca. Algunos turcos opinan que Estados
Unidos actúa en su propio beneficio y maneja como
marionetas no sólo a Turquía, sino al resto del
mundo, en una guerra religiosa contra los musulmanes. En Israel
se da muerte a
muchos musulmanes. ¿Por qué no atacan a Israel por
cometer actos de terrorismo contra los musulmanes? se pregunta
uno de los encuestados. El Gobierno turco goza de poca
popularidad debido a una profunda crisis económica y, por
tanto, intenta disminuir el descontento del público sobre
el apoyo a Estados Unidos. El primer ministro turco, Bulent
Ecevit, puso de relieve que el
apoyo turco no incluirá de ninguna forma ataques contra
Irak. Según Ecevit, si EEUU ataca a Irak, la
situación en Oriente Medio se tornaría muy
inestable, lo que perjudicaría a Turquía,
país que ya ha sufrido, y sigue sufriendo, las
consecuencias económicas de la política que,
después de la guerra del Golfo, se ha mantenido contra
Irak. Hasta ahora, las manifestaciones en contra de Estados
Unidos y del Gobierno turco se han limitado a grupos
izquierdistas e islámicos radicales. Sin embargo, si
continúan aumentando las víctimas entre la
población civil afgana, o si se llegase a atacar a Irak,
el actual malabarismo político del Gobierno turco
podría hacerse insostenible.

5. Inminente contraataque de EE.UU

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opción "Descargar" del menú superior

El ministro norteamericano de Justicia, John
Ashcroft, ha advertido a sus compatriotas de la posibilidad de
nuevos operativos terroristas, una vez Estados Unidos lance
ataques en represalia de los atentados del 11 de septiembre.
Según rumores en Estados Unidos, el contraataque se
efectuará antes del próximo miércoles. El
ministro afgano de Relaciones Exteriores, en el exilio, Abdullah,
asume que el ataque tendrá lugar en unos pocos
días. El responsable de la diplomacia, Abdullah, forma
parte del Gobierno afgano en exilio, que controla sectores del
norte de Afganistán. El pasado domingo, el titular
celebró una conferencia de
prensa en
Tayikistán, país vecino de Afganistán, y
base de operaciones de la oposición al régimen
talibán. Según el ministro, quien alega disponer de
información de fuentes
fidedignas y tiene casi diariamente contacto con Washington, el
ataque norteamericano contra Afganistán ocurrirá
pronto. Mientras que aguardan las acciones norteamericanas, los
exiliados continúan su lucha contra el régimen
talibán. Los rebeldes cooperan con el Frente Unido de
Afganistán. Abdullah prefiere esta denominación a
la de ‘Alianza del Norte', la cual, a su juicio, es un
invento de Pakistán. El Frente Unido se ha repuesto de
la muerte de
su líder militar, Massud. En estos momentos el Frente
dispone de mejores posibilidades militares que antes. El ministro
Abdullah informa que los rusos han proporcionado mucho más
armamento a la oposición afgana para su lucha contra el
régimen talibán. Esto ya ha dado resultados. Varias
agrupaciones que en primera instancia apoyaban a los
Talibán, están dispuestas, según Abdullah, a
unirse a la oposición. Aparentemente, el apoyo al
régimen islámico fundamentalista se está
desmoronando. Según el ministro, ya se conoce el momento
de los ataques. Cabepreguntarse si se sabe también
dónde se encuentra el objetivo de los ataques, es decir,
el saudita Osama bin Laden, considerado por Estados Unidos como
el autor intelectual de los atentados del 11 de septiembre. El
ministro afgano opina que sí se conoce su paradero.
Según Abdullah, en la ciudad de Jalalabad, en el este de
Afganistán, se señaló la presencia de
estrechos colaboradores de Osama bin Laden. Si bien aún no
se sabe con certeza si Bin Laden también se encuentra
allí, el ministro Abdullah considera que en el mismo
escondite donde se oculte Bin Laden, se hallará
también Mohammed Omar, líder espiritual y
político de los Talibán.

6. Asia Central 
con la Coalición

Las repúblicas de Asia Central reaccionaron
positivamente a la petición norteamericana de ayuda en la
lucha contra el terrorismo. Al igual que Rusia, también
Kirguizistán, Turkmenistán y Kazakistán han
cedido su espacio aéreo para vuelos norteamericanos de
carácter humanitario. Uzbekistán,
país de gran importancia estratégica,
todavía no ha determinado su postura oficial, pero,
según diversas fuentes, los
primeros aviones norteamericanos ya aterrizaron en el
país. Con la proximidad de un ataque norteamericano a
Afganistán, aumenta la tensión en la
región.

La desintegración de la Unión
Soviética, hace casi diez años, marcó el
comienzo del resurgimiento de corrientes religiosas en las 15
nuevas repúblicas independientes. En los 5 países
de Asia Central (Turkmenistán, Kazakistán,
Uzbekistán, Kirguizistán y Tayikistán) el
Islam experimentó un renacimiento tan
intenso, que los autoritarios líderes de estos
países se sintieron amenazados. El presidente Islam
Karimov, de Uzbekistán, con 22 millones de habitantes, el
país más densamente poblado en la región,
inició una severa represión de los fundamentalistas
musulmanes.  Miles de personas fueron detenidas, torturadas,
y desaparecieron en campos de concentración.
Además, se destruyó el 75 por ciento de las nuevas
mezquitas en el país. Hace dos años, cuando
Uzbekistán fue blanco de atentados de bomba,  muchos
lo consideraron una consecuencia de la política represiva
de Karimov, a niveles político y religioso. Los atentados
fueron perpetrados por el Movimiento Islámico de
Uzbekistán, IMU, el cual persigue el establecimiento de un
Estado islámico. Después de la de Osama bin Laden,
IMU figura en segundo lugar de la lista mundial de organizaciones
terroristas.

Tras los atentados, el presidente Karimov inició
una verdadera persecución de los adversarios del
régimen. Ante Occidente, y particularmente ante Estados
Unidos, Karimov se presentó como la única fuerza
local capaz de detener el fundamentalismo musulmán en la
región, alimentado desde Afganistán. El mandatario
argumenta que, si Uzbekistán cae, toda Asia Central corre
en peligro. Y, efectivamente, Karimov logró, con mano
dura, conservar la tranquilidad en su país, al contrario
de países más pequeños, como
Tayikistán y Kirguizistán. A principios de los
años 90, se produjo en Tayikistán una guerra civil
entre la oposición islámica, del sur, y los ex
comunistas, del norte. En 1997, se firmó un acuerdo de
paz, y desde entonces el país es controlado por distintos
líderes guerrilleros. En los últimos dos
años, Kirguizistán se vio azotado años por
una ola de secuestros, organizada por el Movimiento
Islámico de Uzbekistán. El país apenas
cuenta con fundamentalistas musulmanes activos
políticamente. Durante muchos años, el presidente
de Kirguizistán, Askar Akajev, fue considerado como uno de
los líderes más democráticos de la
región. Sin embargo, esta imagen se ha
deteriorado, entre otras razones, porque Akajev no logró
reactivar la economía del país.

Los presidentes de las repúblicas de Asia Central
consideran un eventual ataque norteamericano a Afganistán
como una oportunidad para combatir sus propios problemas con los
fundamentalistas musulmanes,  muchos de los cuales son
originarios de Afganistán. Entretanto, Kazakistán
ha prometido apoyo total a Estados Unidos, permitiéndole
el uso de su espacio aéreo. En Uzbekistán
aún permanecen tropas norteamericanas que recientemente
participaron en maniobras militares conjuntas con el país
asiático, un asociado a la OTAN.

Sin embargo, las acciones norteamericanas contra
Afganistán pueden también tener un efecto
inestabilizante en la región, entre otras razones por el
enorme flujo de refugiados que abandona Afganistán. Cabe
preguntarse si la población de la región
apoyará a sus líderes, o si, de lo contrario, se
pone de lado de los fundamentalistas. La mayoría de los
habitantes de Asia Central es pobre. La independencia
ha causado una caída de la economía y apenas ha
fomentado la libertad.

7. ¿Cómo
responder ante las nuevas amenazas?

A la espera de que EEUU active su maquinaria militar
contra algún Estado, con Afganistán a la cabeza,
acusado de ser el autor o el soporte de los que cometieron los
brutales atentados del pasado día 11, emergen dudas cada
vez más fundadas sobre la conveniencia de optar por una
solución basada exclusivamente en la fuerza.

Hasta ahora, la
administración Bush parece estar resistiendo la
presión
mayoritaria de su propia opinión pública, educada
en un marco en el que conviven el más genuino puritanismo
con la violencia más desatada, que pide una respuesta
rápida y aplastante. Pero esta aparente falta de
reacción también puede interpretarse como el plazo
que necesariamente se emplea en la preparación de una
operación militar masiva. Así se deduce de los
acuerdos establecidos ya con Paquistán y otros
países de la zona, para el uso de su espacio aéreo,
la transferencia de datos de sus
servicios de
información o incluso la utilización
de su territorio como base de partida para ataques futuros, o del
envío de más de cien aviones de combate al Golfo
Pérsico. Todo ello apunta a la inevitabilidad de una
respuesta, que ni siquiera la imposible entrega de Osama Bin
Laden a Washington parece capaz de detener.

Frente esta opción, interesa resaltar que existen
otras, quizás menos espectaculares pero probablemente
más efectivas, para hacer frente a una amenaza que, en el
catálogo de preocupaciones de los Estados
democráticos, está llamada a ocupar un lugar
preferente en las próximas décadas. No hay ninguna
posibilidad de derrotar de una vez por todas al terrorismo, y
mucho menos con medios
militares diseñados para enfrentarse a escenarios muy
distintos a los que plantea esta amenaza. Por lo tanto, se trata
de conjugar una serie de vías complementarias, algunas de
las cuales no tendrán efecto sustantivo más que a
largo plazo. Telegráficamente se podría hablar
de:

Castigar a los culpables
La lucha directa
contra los grupos terroristas debe ser protagonizada por las
fuerzas policiales y de seguridad, tanto en sus aspectos
preventivos inmediatos como en las operaciones de
persecución que se organicen tras un atentado. Dada la
dimensión global que este fenómeno ha adquirido (se
habla ya de "hiperterrorismo", tanto por su capacidad para actuar
en cualquier parte del mundo como por su demostrada capacidad
destructora), es necesario contar también con la
colaboración indispensable de los servicios de
inteligencia y, en ocasiones, con unidades militares especiales.
En todo caso, estas acciones deben estar planificadas para
eliminar la posibilidad de producir los mal llamados
"daños colaterales" y deben estar dirigidas exclusivamente
contra los terroristas. Lo contrario sólo provocará
víctimas inocentes y, desde la perspectiva interesada de
estos grupos, nuevas justificaciones para continuar una escalada
violenta.

Crear estructuras
permanentes e internacionales de cooperación
antiterrorista
Sólo desde el convencimiento de que el terrorismo es una
amenaza global, se podrá aunar esfuerzos en la comunidad
internacional para establecer mecanismos efectivos que reduzcan
su peligrosidad. En ese sentido parecería positivo el
interés de EEUU por crear una gran coalición
internacional contra el terrorismo. Sin embargo, ese deseable
impulso de cooperación no puede ser liderado por un
país, por mucho que sea la única superpotencia
actual, con una concepción del problema que no es
compartida unánimemente. Para ser creíble, esta
iniciativa debe ser liderada por la ONU, formalmente
identificada como la instancia que representa los intereses de la
comunidad
internacional. Desgraciadamente, si la ONU ya estaba
atravesando malos momentos en estos últimos años,
su silencio actual no hace más que enfatizar su
marginación en la toma de
decisiones sobre la seguridad internacional.

Luchar contra las causas de los conflictos
Ninguna de las opciones anteriores servirá para garantizar
un mayor nivel de seguridad si no se compromete un mayor esfuerzo
internacional por reducir o eliminar las causas que generan los
conflictos.
Para quienes promueven actividades terroristas, el ensanchamiento
de la brecha entre ricos y pobres, la pervivencia de focos de
pobreza,
exclusión y marginación, así como la
existencia de dobles varas de medida en la comunidad
internacional, son factores que facilitan la movilización
de fanáticos y desesperados para sus propios fines. El
sostenimiento de regímenes políticos corruptos y
dictatoriales no puede ser la vía para garantizar la
seguridad; como tampoco lo son la explotación irracional
de recursos,
incluidos los humanos, sin respeto alguno ni
al medio ambiente
ni a los criterios sobre los que se fundamenta el Estado de
derecho. Hasta ahora, los países desarrollados no han
mostrado voluntad decidida para utilizar sus enormes capacidades
en la lucha contra estos males. Aunque sea ésta una tarea
que sólo dará sus frutos a largo plazo, y que
resulta menos espectacular que un despliegue militar, es con
diferencia la más efectiva para posibilitar que el
período posterior a la postguerra fría se
caracterice por un mayor nivel de paz y prosperidad que el que
hemos heredado de los tiempos en los que el protagonismo estaba
en manos de los instrumentos militares.
De momento, nada permite suponer que éstas vayan a ser las
opciones elegidas.

8. "O están con nosotros o estan con los
terroristas"

El presidente norteamericano, George Bush, exige que el
régimen Talibán de Afganistán entregue
incondicionalmente a Osama bin Laden.  De lo contrario, al
régimen Talibán le espera la misma suerte que a
Osama bin Laden, el hombre que
según Bush es responsable de los ataques terroristas de la
semana pasada contra Nueva York y Washington. El mandatario
pronunció estas palabras en su discurso ante
el Congreso norteamericano, en la madrugada del viernes 21 de
setiembre. Bush pidió a las fuerzas armadas
estadounidenses estar alertas, porque se acerca la hora del
contra ataque. El Presidente Bush no tuvo pelos en la lengua: los
países del mundo tendrán que elegir: "o
están con nosotros o están con los
terroristas".
Según Bush la destrucción del World Trade Center y
el ataque contra el Pentágono son responsabilidad de El Qaeda, una red terrorista dirigida
por Osama bin Laden.
La interpretación extremista del Islam de esta
organización es rechazada por la gran mayoría de
científicos y creyentes musulmanes, señaló
Bush. Este movimiento marginal, siempre según Bush,
entrena miles de terroristas en Afganistán, que son
tolerados y protegidos por el radical régimen de los
Talibán. Esta ha sido la condena más fuerte hasta
ahora del régimen afgano. El mandatario dijo que su
país respeta el pueblo afgano pero condena a los
Talibán. Bush exigió la puesta en libertad de los
norteamericanos y otros extranjeros detenidos por los
Talibán, así como la protección de
periodistas extranjeros, los diplomáticos y los
funcionarios de ayuda humanitaria en Afganistán, y
finalmente el cierre inmediato de todas las bases terroristas que
existen en el país.

En su discurso, el presidente preparó a su
nación para una campaña prolongada que se
llevará a cabo por la vía diplomática y
jurídica, por medio de los servios de inteligencia y con
recursos financieros, así como cualquier arma necesaria
para la guerra. Bush reiteró que su campaña no
está dirigida contra el Islam ni contra el mundo
árabe, y que Estados Unidos no está sólo en
esta lucha.

Bajo severas medidas de seguridad el Primer Ministro
británico Tony Blair asistió al discurso que fue
pronunciado ante el Congreso. El número de personas
desaparecidas bajo los escombros de las Torres Gemelas,
ascendió a más de 6.333, ahora que han llegado
más detalles sobre los extranjeros desaparecidos. El 11 de
septiembre murieron personas de 80 nacionalidades. También
las recordaremos a ellas, dijo Bush.

Cabe muy poca duda de que Estados Unidos
responderá con fuerza militar, contra el régimen
Talibán de Afganistán. El mandatario dijo a sus
ciudadanos que deben seguir viviendo sus vidas y abrazar a sus
hijos. Bush tenía el semblante tranquilo y decidido. Su
discurso fue valorado positivamente por los televidentes.
Norteamericanos, y otros dijeron sentirse inspirados por sus
palabras.

9. La sed de venganza

La opinión pública mundial está a
la espera de que se materialice la promesa del presidente George
Bush de tomar represalias contra los responsables del ataque
terrorista del martes 11 de septiembre contra Estados Unidos,
nación considerada "en estado de guerra".

La mayor potencia del
mundo deberá escoger cuáles represalias y
qué persigue con su aplicación, porque el drama
inimaginable, que muy probablemente costó la vida a miles
de personas, fue visto en directo en los televisores del mundo
entero y exige una respuesta rápida y decisiva.
Pero a diferencia del ataque a Pearl Harbor – comenta Bernard
Estrade, de la agencia AFP -, en este caso el enemigo no
está  identificado y no hay blancos determinados para
los misiles y otras bombas
inteligentes. Mientras sea así, las amenazas de 
represalias carecen de sentido y solamente subrayan la impotencia
e incluso el  desaliento de la primera potencia mundial
para responder al ataque sin  precedentes que acaba de
sufrir. La prensa norteamericana, como la de Francia y del
resto del mundo, subraya  que se ha desatado una guerra
pero, como predecían los especialistas, ésta
no  tiene nada que ver con una guerra tradicional. Ya no se
trata de ejércitos con aviones y tanques que se enfrentan,
sino de  grupos – de fanáticos o no – al servicio de
una ideología y liberados de todas  las
reglas tradicionales, sigue diciendo AFP. Según los
especialistas, la eventual eliminación de un grupo
terrorista, aunque pueda constituir una  respuesta puntual
satisfactoria para una opinión pública
conmocionada, no significará mucho en cuanto al control de las
condiciones que permiten a esos grupos nacer y desarrollarse.
Golpear con la máxima efectividad. Con el respaldo de todo
el país y de una coalición internacional en la que
la OTAN tiene un papel predominante, el Gobierno de EEUU
continúa evaluando todas las opciones, incluida la
militar, para dar una respuesta contundente al
terrorismo.

La solidaridad de
los aliados europeos hará que Estados Unidos no conteste
en solitario – como podría haberlo hecho – al cerebro del
más brutal atentado terrorista de lsu historia. Como se sabe, el
presidente de EEUU, George W. Bush, y su secretario de Estado,
Colin Powell, apelaron a la unidad de la comunidad internacional
y han obtenido, como respuesta, la aceptación de la OTAN
de que los atentados de Nueva York y Washington sean considerados
como un ataque contra toda la alianza.

Un artículo de la agencia EFE – firmado por Elena
Moreno- , destaca que el objetivo estadounidense es golpear, con
la máxima efectividad posible, a un enemigo todavía
sin rostro, y obtener resultados tan contundentes como los de la
coalición militar internacional que lideró hace 10
años contra Irak.

"El terrorismo no es sólo una plaga contra
Estados Unidos, sino contra la civilización", ha
manifestado el secretario de Estado, Colin Powell, quien en 1991,
como jefe de la Junta de Estado Mayor, también fue
artífice de la alianza lograda por el entonces presidente,
George Bush. Para lograr el apoyo aliado, Washington ha invocado,
por primera vez en 52 años de vida de la Alianza
Atlántica, al artículo 5 de su Tratado
constitutivo, que establece la obligación de defensa mutua
entre los países miembros. De seguro, los aliados
actuarán con toda su fuerza si se comprueba que los
audaces atentados suicidas fueron dirigidos desde el
exterior.

Horrorizados y sin superar todavía la
impresión de ver reducidos a escombros varios de sus
símbolos, los estadounidenses han cerrado filas en torno
al presidente Bush y, según las encuestas, el
90 por ciento está a favor de que el Gobierno castigue sin
contemplaciones a los culpables, señala EFE.

La respuesta podría ser militar, como en 1998,
cuando sus embajadas en Kenia y Tanzania fueron atacadas bajo
instrucciones del mismo sospechoso de hoy, el terrorista
saudí Osama bin Laden, refugiado en Afganistán. Por
considerar que protegían a Bin Laden, en esa
ocasión, EEUU bombardeó Sudán y
Afganistán, causando numerosas bajas civiles.

"No a represalias violentas", opinan
académicos
Robert Jensen, académico de la Universidad de
Texas, en Austin, opina que:  "Aun cuando parezca esperable
que la respuesta sea masiva, no hay que olvidar que ese
patrón de actuación, ya utilizado por EEUU,
causará la muerte
de  personas tan inocentes como las que murieron en Nueva
York o en los aviones secuestrados".

Stephen Zunes, de la Universidad de
San Francisco, señala lo siguiente: "Las respuestas
militares acaban en una espiral de represalias violentas…
bombardear otros países no protegerá vidas, sino
que, más bien, causará lo que los estrategas del
Pentágono llaman "daños colaterales", muertes de
inocentes como los de Nueva York. Después, los
supervivientes, pedirán a su vez venganza".

Sin embargo, el Gobierno de EEUU considera que este
ataque terrorista es "un acto de guerra" y el presidente Bush ha
advertido de que la respuesta de Washington será
definitiva, "sin distinguir entre terroristas, organizadores o
países protectores".

Alemania: Respuesta no como venganza
Algunas potencias occidentales europeas, si bien han apoyado un
ataque de respuesta coordinado, no se dejan arrastrar por la ira
y los ánimos de revancha. El ministro de Defensa
alemán Rudolf Scharping, por ejemplo, ha declarado a la
Primera Televisión
Alemana (ARD) que la resolución de la OTAN de reconocer un
"caso de defensa" en los atentados perpetrados en Estados Unidos
no debe causar pánico y ha señalado que "no estamos
ante una guerra. Estamos ante el problema de decidir qué
respuesta es adecuada, no como venganza, sino para combatir la
brutalidad del terrorismo internacional y eliminar su eficacia".

El ministro reconoció, sin embargo, que en
ciertos casos las acciones militares serán
"imprescindibles" para alcanzar esas metas. Scharping espera que
la "terrible" experiencia de los atentados en Estados Unidos
sirva para reconocer la necesidad de un nuevo y amplio concepto de
seguridad, que tenga como objetivo la prevención. Lo
importante es combatir el terrorismo con eficacia y a
largo plazo, acabar con sus estructuras y
sus movimientos financieros y para eso es imprescindible reforzar
la cooperación internacional, sostuvo el titular de
defensa alemán.

Sin embargo, en caso de que se requiera la
participación de soldados alemanes, Scharping espera menos
reparos de la oposición que en el caso de la misión de
la OTAN en Macedonia. "Espero que no empiecen a surgir voces que
digan que es una misión muy peligrosa. Creo que en una
situación así hay que mantener la cabeza
fría y obrar con mucha serenidad. Afortunadamente, hasta
ahora hay un amplio apoyo a la orientación que está
siguiendo el Gobierno".

e. La respuesta a los
Atentados por Parte de los Estados Unidos

1. Brigadas de asesinos

Los activistas de derechos humanos se muestran muy
preocupados sobre los planes norteamericanos de emplear unidades
especiales para la liquidación de supuestos terroristas
fuera de los territorios en guerra. Según el diario NEW
YORK TIMES, el ministro norteamericano de Defensa, Donald
Rumsfeld, considera emplear "brigadas de asesinos" para combatir
la red terrorista Al Qaeda.

Con los nuevos planes del Gobierno norteamericano,
parece ser que se mezclan las operaciones del Ejército y
las del servicio de información, CIA. Las operaciones de
la CIA están limitadas por estrictos reglamentos legales.
El servicio se tiene que atenerse a la política de
Washington que prohíbe las liquidaciones.

El director de la organización de derechos
humanos, Human Rights Watch, Kenneth Roth, se muestra
preocupado por los nuevos planes del Pentágono. Todo
parece indicar que se suavizarán los estrictos reglamentos
en cuanto a la liquidación de personas. Human Right Watch
opina que es un paso muy peligroso. Bajo el Derecho
Internacional, y el Derecho de Guerra, es permitido tirar
contra tropas enemigas. Pero, es muy distinto, señala
Kenneth Roth, tirar contra personas, aunque estén
envueltas en actividades criminales, en un territorio donde rige
un orden legal. Si, por ejemplo, se detiene a un sospechoso en
Holanda, Washington debe pedir su detención al Gobierno
holandés, pero no enviar a alguien para que lo
ejecute.

Kenneth Roth opina que es muy preocupante que esta nueva
política conduzca a liquidaciones en territorios donde no
hay ninguna situación de guerra. En territorios como el
Este de Afganistán, donde al parecer todavía se
llevan acciones de guerra, Estados Unidos tienen toda la libertad
de cazar a miembros de Al Qaeda y del antiguo régimen
Talibán, y matarlos. Sin embargo, fuera de un territorio
de guerra, las cosas son mucho más complejas. En muchos
países, Al Qaeda ha creado células
compuestas por  agentes que planifican y preparan ataques
terroristas. Se trata naturalmente de actividades criminales que
deben ser paradas. Y los responsables deben ser juzgados. Pero,
no se puede permitir que Estados Unidos califique estas personas
unilateralmente de enemigos que deben ser liquidados, teniendo en
cuenta que se encuentran en situaciones donde sospechosos pueden
ser juzgados conforme el sistema jurídico. Es una
evolución que preocupa mucho a Human Rights Watch.
Kenneth Roth opina que este desarrollo es parte de una tendencia
más amplia que comenzó bajo el Gobierno del
presidente George Bush. Incluso dentro de Estados Unidos el
Gobierno intenta pasar por encima de la Constitución, de todos los derechos
jurídicos, incluso del derecho de un juicio justo. Como
ejemplo Kenneth Roth menciona el caso de Yasser Esam Hamdi,
detenido en Afganistán y embarcado hacia
Guantánamo. Cuando se comprobó que  Hamdi es
ciudadano norteamericano, fue trasladado a Estados Unidos. El
Gobierno le niega el derecho a un Abogado y ningún juzgado
puede investigar si existe una base legal para su enjuiciamiento.
Esta tendencia de calificar a alguien de "combatiente enemigo", y
tirar por la borda todos los reglamentos jurídicos, es muy
peligrosa. Se crea la posibilidad de asesinar impunemente, y a un
sospechoso se le priva del derecho a un juicio justo.

2. Washington previene un atentado
nuclear

Según informa el Gobierno norteamericano, con la
detención de un hombre en
Chicago se ha logrado prevenir un atentado terrorista. El
sospechoso, quién tendría lazos con la red de Al
Qaeda, habría tenido planes para realizar un atentado con
material nuclear.

El fiscal general
de Estados Unidos, John Ashcroft, informó ayer, lunes
ñlos detalles de este arresto. Según el titular, se
trata de una conspiración para hacer explotar una
así llamada "bomba sucia", una bomba con material
radioactivo. Se sospecha que el atentado  debía tener
lugar en las calles Washington. Según Ashcroft, el
detenido tiene estrechos lazos con la red terrorista Al Qaeda.
El hombre, de
31 años de edad, es ciudadano estadounidense, de
ascendencia puertorriqueña. Tiene un pasado criminal y
tras varios años de cárcel se convirtió al
Islam, tomando el nombre de Abdullah al Muhajir. Sin embargo,
después de la conferencia de
prensa del ministro de justicia, las autoridades norteamericanas
informaron que la conspiración al fin de cuentas, a lo
mejor no estaba tan minuciosamente planificada. Según el
vice ministro de Defensa, Paul Wolfowitz, el atentado
existía sobre todo en la imaginación del detenido.
El momento de publicación del arresto es muy importante
para las autoridades estadounidenses. La detención se
produjo el pasado mes de mayo en el aeropuerto de Chicago. No
obstante, Ashcroft publicó la noticia durante una visita a
Moscú. Y el presidente George Bush interrumpió sus
conversaciones con el primer ministro israelí, Ariel
Sharon, para dar su opinión sobre la noticia. Para la Casa
Blanca esta buena noticia llega en buen momento. El Gobierno de
Washington estaba siendo criticado fuertemente por las faltas
comoteidas por  los servicios de inteligencia, FBI y CIA, en
la época anterior a los atentados del 11 de
septiembre.  Durante su conferencia de prensa, Ashcroft
insistió en el buen funcionamiento de los servicios
secretos para lograr la prevención del atentado. De hecho,
una "bomba sucia" es una bomba convencional en la que se coloca
material radioactivo. La explosión causa una enorme
expansión del material nuclear. Según Ashcroft, el
artefacto podría haber costado la vida  a miles de
civiles. Sin embargo, expertos estiman que tal bomba no
causará tantas víctimas, pero sí mucho
pánico. En fin, que a medida que se vayan conociendo
más datos sobre lo acontecido, el asunto podría
resultar más turbio de lo que ahora se
supone. 

3. Informe norteamericano sobre terrorismo
global

Mientras el FBI advertía a Nueva York sobre
posibles atentados terroristas con blancos  como la Estatua
de la Libertad, el Departamento de Estado  dio a conocer
este martes el informe anual (2001) sobre patrones de terrorismo
global. Este documento, después de los ataques terroristas
del 11 de septiembre y el inicio de la guerra contra el
terrorismo,  ha cobrado un nuevo significado.

El Secretario de Estado, Colin Powell, dijo a la prensa
que el informe confirma que los terroristas están tratando
de conseguir armas de destrucción masiva, sean
radiológicas, químicas, biológicas o
nucleares. Powell agregó que "la amenaza terroristas es
global y multifacética: por lo mismo, la campaña
contra el terrorismo debe ser multidimensional, consistente y a
largo plazo".En el informe, Irán, Cuba, Libia,
Irak, Corea del Norte Sudán y Siria permanecen en la lista
de los países que albergan el terrorismo. Aunque Libia y
Sudán se han distanciado del terrorismo y cooperado en la
batalla contra él, todavía no han hecho lo
suficiente para ser removidos de la lista, señala el
informe.

Irán, Corea del Norte y Siria también han
dado algunos pasos para incorporarse al esfuerzo internacional
contra el terror, pero continúan albergando y apoyando a
grupos militantes. El informe asegura que Irán fue "el
Estado que apoyó más activamente el terrorismo
durante el año 2001".

Cuba e Irak, por su parte, no han mostrado ningún
progreso en este contexto. Según el informe del
Departamento de Estado, en el caso de Cuba, el
presidente Fidel Castro se ha mostrado vacilante en la lucha
contra el terrorismo. El informe acusa al gobierno de La Habana
de albergar  fugitivos, entre ellos a militantes del
movimiento independentista vasco, ETA.

El informe también indica que, en el caso de
Latinoamérica, el secuestro se
mantiene como uno de los principales problemas. Las investigaciones
sobre los ataques del 11 de septiembre sacaron también a
la luz actividades
de la organización terrorista libanesa Hezbolá, y
otros grupos, en las fronteras de Argentina, Brasil y Paraguay.
Allí, los terroristas recaudan  millones de
dólares anualmente a través de empresas
falsas.

También existe evidencia de la presencia de esta
organización terrorista en otras áreas de
Latinoamérica como el norte de Chile y la
zona de fronteras entre Colombia,
Venezuela y Panamá.
Aún se investiga si la organización Al-Qaida,
liderada por Osama Bin Laden, apoya células
terroristas en esta región.

Hablando de Colombia, el
embajador Frank Taylor,
coordinador de la oficina Contra el
Terrorismo del Departamento de Estado señaló que
"dentro del hemisferio occidental ningún país tiene
una situación parecida a la de Colombia, que debe
enfrentar el  narcoterrorismo, pero también a grupos
como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia ( FARC), el
Ejército de Liberación Nacional (ELN), los
paramilitares de Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y otros.
Estados Unidos se ha comprometido a trabajar con el gobierno de
Colombia para combatir el terrorismo en todos estos
frentes".

4. Potencias mundiales se reunieron en
Ottawa

Las potencias financieras del mundo han formulado un
plan para detener el flujo de dinero a grupos terroristas. Al
mismo tiempo, convinieron hacer más en favor de los
países pobres, que son los que más han sido
afectados por la disminución del crecimiento
económico mundial, después de los atentados del
11 de septiembre. Sin embargo, no han logrado ningún
acuerdo sobre la forma de aliviar la deuda externa de
esos países.

Las reuniones separadas del G 20, el Banco Mundial
y el Fondo Monetario
Internacional, tuvieron lugar el pasado fin de semana en
Ottawa, sin interrupciones a pesar de las protestas. Unos 4 mil
manifestantes con banderas, tambores y cantando lemas, se
reunieron el pasado sábado en el centro de Ottawa, ciudad
en donde se celebraban las conversaciones del G 20. En
comparación con las que se celebraron durante las cumbres
de Seattle, Quebec y Génova, la manifestación fue
bastante reducida. En la reunión del pasado fin de semana,
los ministros de Finanzas del G-20 llegaron a un acuerdo sobre
métodos
para detener el flujo de fondos para grupos terroristas. El
ministro británico de Finanzas, Gordon Brown, explica que
el plan abarca la congelación de los fondos de los
terroristas y sus aliados, el cierre del acceso al sistema
financiero internacional y la publicación de los
nombres de los terroristas. Gordon Brown opina que todos los 183
países deberían considerar el establecimiento de
unidades de información financiera que se encarguen de
analizar transacciones sospechosas. El Fondo Monetario
Internacional, FMI,
prestará, en algunos casos, asesoría y, en otros,
apoyo financiero para que cada país esté en
capacidad de combatir el financiamiento
del terrorismo. El ministro de Finanzas de Canadá, Paul
Martin, quien presidió la reunión del G-20,
calificó el acuerdo de un enorme adelanto. A su juicio, el
plan de acción es detallado, profundo y abarca distintos
terrenos. Todos los países, sin excepción, lo han
firmado. Sin embargo, el titular canadiense explicó que es
posible que algunos países más pobres necesiten
ayuda financiera para ponerlo en práctica. Probablemente
estos países tarden más en poner fin a los
instrumentos que los terroristas utilizan para blanquear
dinero.

Cuando los países miembros del G-20 clausuraban
su encuentro, el FMI y el Banco Mundial
iniciaban su reunión. Según los funcionarios de
estas entidades, los países más pobres son los que
más sufrieron las consecuencias económicas de los
atentados terroristas del 11 de septiembre. El FMI ha calculado
que, a raíz de la desaceleración de la mundial, en
el año 2002 la economía de América Latina
crecerá un 1,7 por ciento, en lugar del 3,6 por ciento
anteriormente previsto. El ministro de Finanzas de la India,
Yashwant Sinha, opinó que los atentados en Estados Unidos
han concedido una perspectiva diferente a las conversaciones. A
su juicio, hay una mayor conciencia de que
las naciones industrializadas y los países en vías
del desarrollo deben unirse para combatir la marginación
social, la pobreza, la
violencia, el odio y la impaciencia en cualquier parte del
mundo;, todos ellos factores que constituyen una amenaza para la
paz, la prosperidad y para todo lo que se valora y cuida en el
mundo entero.

Si bien se coincidió en que se debe hacer
más para ayudar a los países pobres, no se
mencionaron cifras concretas, sobre todo porque, a este respecto,
aún existe discrepancia entre Gran Bretaña y
Estados Unidos. Los británicos proponen la
duplicación de la ayuda al desarrollo a los países
pobres. Por su parte, el ministro estadounidense de Finanzas,
Paul O'Neill, alegó que en el pasado se han despilfarrado
demasiados fondos de ayuda. Según O'Neill ha llegado el
momento de cambiar las condiciones de vida de la gente mediante a
un verdadero desarrollo
económico, en vez de limitarse a suministrar
más dinero. Si bien los funcionarios calificaron de
exitosa la reunión del FMI y del Banco Mundial, no se
tomaron medidas nuevas para hacer frente a la
desaceleración económica global.

Aparte de algunas promesas sobre el alivio de su deuda y
más flexibilidad para recibir préstamos del Banco
Mundial, los países en vías de desarrollo
hallarán poco consuelo en este último intento de
combatir la pobreza en el
mundo

5. Reacciones de Latinoamérica

La gran mayoría de los  gobiernos
latinoamericanos asumieron una  posición común
frente al terrorismo y se alinearon con las acciones militares de
los  EE.UU. Éstas son algunas de las
reacciones:

El presidente mexicano Vicente Fox dijo que su gobierno
"apoya con firmeza" las operaciones militares 
anglo-estadounidenses iniciadas en Afganistán. "El
gobierno de México ha recibido seguridades de quienes
encabezan la  operación que ésta no se dirige
contra población civil o credo alguno", por lo  cual
"el gobierno de México apoya con firmeza estas acciones"
dijo Fox en un  mensaje difundido por radio y televisión. Fox agregó que "el
terrorismo no reconoce fronteras, no selecciona víctimas y
a nadie respeta", y añadió que los ataques del 11
de septiembre "fueron un ataque contra la humanidad y 
contra el  interés nacional".

En otro orden de cosas el  titular de la
Secretaría de Seguridad Pública  Federal de
México, Alejandro Gertz, dio instrucciones para que 
las fuerzas federales de apoyo redoblaran  la vigilancia de
puntos estratégicos  del país. La dependencia
destinó 1.500 efectivos de la Policía Federal
Preventiva  para reforzar la vigilancia en aeropuertos,
puntos  fronterizos, estaciones de  autobuses,
accesos  a ciudades y en instalaciones estratégicas.
La Secretaría informó que quedan en reserva
más de 2.500 efectivos de las  Fuerzas Federales de
Apoyo, así como del Grupo de Operaciones Especiales 
y los miembros de la Sección de Apoyo Táctico, para
emplearlos en caso necesario.

Gobierno de Nicaragua expresa solidaridad 
con Estados Unidos
Francisco Aguirre, ministro de Relaciones Exteriores de
Nicaragua, afirmó que su gobierno "es solidario con el de
Estados Unidos en su lucha contra el terrorismo", y ha ofrecido a
Washington hacer "todo lo que esté a su modesto alcance".
En una rueda de prensa Aguirre indicó que "de no apoyar a
Estados Unidos  las consecuencias para Nicaragua
serían muy graves porque como lo dijo el presidente Bush
en ésta lucha o estás con las fuerzas de paz, la
civilización, la democracia, o
con el terrorismo". "Pero no es por eso que Nicaragua condena el
terrorismo es porque tenemos cientos de miles de compatriotas que
viven en Estados Unidos y que se han beneficiado de su
hospitalidad, porque nos han ayudado con más de 100
millones de dólares después del huracán
Mitch y porque apoyamos un orden mundial de decencia",
añadió el ministro.

Aguirre afirmó no estar  sorprendido
por  el ataque de Estados Unidos y el Reino Unido a
Afganistán, porque percibió en Washington, durante
su visita de la semana pasada, "que los días están
contados para Osama bin Laden y para el régimen
Talibán". El ministro de relaciones exteriores
anunció que por la situación actual,  el
presidente de Nicaragua, Arnoldo Alemán, pospuso su viaje
oficial -del 19 al 23 de octubre- a Israel, y una gira privada
por Jordania y la Autoridad
Nacional Palestina.

Presidente Pastrana anuncia respaldo  a ataques en
Afganistán
El presidente colombiano Andrés Pastrana expresó el
respaldo de su país a los ataques lanzados por Estados
Unidos y Gran Bretaña en Afganistán, a los que
consideró como una "acción de legítima 
defensa".  "Colombia respalda la acción militar y
considera que es una acción en  defensa de la
seguridad internacional y la libertad. Una acción de
legítima  defensa como lo reconoce el Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas", expresó Pastrana
en  una alocución por radio y televisión. El
presidente colombiano puntualizó que "apoyaban 
también lo expresado por los miembros de la
coalición en el sentido de que las acciones deben
procurar  evitar daños a la población
inocente, así como su propósito de brindar
atención  humanitaria, incluida la asistencia de los
refugiados". Pastrana aprovechó la oportunidad para
anunciar la prórroga, hasta el 20 de enero de  2002,
de la vigencia legal de la zona que al sur del país ocupa
la guerrilla  marxista de las FARC, a la que Washington
considera un grupo "terrorista".

6. Comenzó el ataque contra
Afganistán

Estados Unidos y Gran Bretaña lanzaron el domingo
siete de octubre, sus esperados ataques contra Afganistán.
El objetivo de las acciones es provocar la caída del
régimen de los talibán, culpable de proteger a
Osama bin Laden, sospechoso de ser el autor intelectual de los
atentados del 11 de septiembre en los Estados Unidos. El
presidente norteamericano, George Bush, insistió en que el
ataque está dirigido contra el régimen
talibán y no contra el Islam. Cabe preguntarse si los
musulmanes  lo creen así.

El absoluto silencio de los países
islámicos más importantes como Egipto y Arabia
Saudita a los ataques de Estados Unidos y Gran Bretaña
contra Afganistán es síntoma de la vergüenza
de algunos regímenes islámicos. Hace 10
años, Egipto, Arabia Saudita y Siria adoptaron una postura
inequívoca como aliados de la coalición que puso
fin a la ocupación de Kuwait por parte del dictador
iraquí, Saddam Hussein.  En aquella ocasión
hicieron todo lo posible para explicar sus puntos de vista a una
opinión pública a menudo muy crítica en el
mundo árabe e islámico. Esta vez, Estados Unidos,
su aliado estratégico y protector,  les ha pedido
nuevamente su apoyo para que se unan a la coalición
antiterrorista contra el régimen de los talibán y
su protegido Osama bin Laden. Los países islámicos
no están en posición de negarse a cooperar con
Washington, como lo ha demostrado el espectacular giro del
régimen militar de Pakistán, del general Pervez
Musharraf, durante largo tiempo protector de los
Talibán.

Sin embargo, esta vez varios líderes musulmanes
se han convertido en socios muy reacios. En el mejor de los casos
se declaran verbalmente de acuerdo con la acción
norteamericana, pero preferirían – como es por ejemplo el
caso de Arabia Saudita – que su cooperación con Washington
se mantuviese en secreto.  La razón es simple: a
pesar de todos los esfuerzos del presidente Bush de dejar
claramente establecido que no se trata de una guerra contra el
Islam, los dirigente árabes y musulmanes saben que la
irritada opinión pública de sus países – y
no solamente de fundamentalistas musulmanes – simplemente no
creen en las palabras de Bush. La credibilidad norteamericana en
el mundo islámico ha sido socavada  porque – a sus
ojos – occidente está midiendo  con dos varas cuando
se trata de cumplir resoluciones de Naciones Unidas  o de
aprobación por parte de Estados Unidos de lo que ellos
consideran "terrorismo de Estado" israelí contra
ciudadanos palestinos y libaneses. Precisamente son estos
sentimientos de descontento y  frustración de los que
bin Laden intenta aprovecharse. El multimillonario saudita dio un
golpe espectacular en los medios de
comunicación, al lograr que  la importante cadena
de televisión satelital Al Jazeera, retransmitiera un
mensaje suyo inmediatamente después de los ataques
aéreos. En  su llamamiento a una guerra santa contra
los "infieles", bin Laden enumeró las profundas
objecciones del mundo árabe y musulmán contra
Occidente en general, y Estados Unidos en especial, objeciones
que son compartidas por un gran número de musulmanes que
al mismo tiempo rechazan totalmente el terrorismo de Osama bin
Laden.  El terrorista no sólo atacó en su
discurso a los Estados Unidos sino también a los
regímenes árabes e islámicos pro-Estados
Unidos a quienes acusa de haberse convertido en
"apóstatas", es decir que han traicionado al Islam y son
infieles. En otras palabras: estos regímenes
deberían ser derrocados. La retórica de Bin Laden
no generará la caída de estos gobiernos, pero
sí puede reforzar la oposición fundamentalista a
estos regímenes cuya estabilidad ya es una causa de gran
preocupación para Estados Unidos.Las violentas
manifestaciones de la mañana de lunes ocho de octubre en
Pakistán son un indicio de los peligros que se avecinan.
Tras cuatro semanas de metódicos preparativos, el
presidente estadounidense George Bush  lanzó el
domingo los anunciados ataques militares contra Osama bin Laden y
el  régimen de los talibán en
Afganistán que protege al extremista islámico y a
su  red al Qaida acusados de llevar a cabo los atentados del
11 de  setiembre en Nueva York y Washington.

En un discurso televisado este domingo el presidente
Bush anunció que su país había iniciado
acciones militares en Afganistán contra los  campos
de entrenamiento de
Bin Laden y las instalaciones militares de los 
talibán. "Esta acción militar hace parte de nuestra
campaña contra el terrorismo"  dijo Bush quien
señaló que "la batalla se esta cumpliendo en varios
frentes". Gran Bretaña participa en la ofensiva militar
en  Afganistán, anunció  Bush, quien
también reveló que varios países aliados,
como "Canadá, Australia,  Alemania y
Francia
prometieron fuerzas" para la guerra antiterrorista.
Aproximadamente una hora antes del discurso de Bush, violentas
explosiones sacudían el aeropuerto de la ciudad de
Kandahar en Afganistán, que sirve de base a los 
militantes talibán. Según un  alto funcionario
estadounidense los campos de entrenamiento de terroristas,
las  bases aéreas y las instalaciones de defensa
constituyen los blancos del primer  ataque lanzado por
Estados Unidos contra Afganistán. Los ataques marcan el
comienzo de una serie de acciones militares contra el 
gobierno talibán de Afganistán y la
organización al Qaida, del fundamentalista 
islámico Osama bin Laden. El funcionario
añadió que en los ataques se usaron unos 50 misiles
de crucero y que tanto  las fuerzas de Estados Unidos como
de Gran Bretaña intervinieron en ellos. Osama bin Laden
prometió a Estados Unidos que "no  conocerá
nunca más la seguridad", en un mensaje grabado con
antelación  difundido el domingo por la noche por la
cadena de televisión Al Jeezira poco  después
del inicio de la respuesta norteamericana en Afganistán.
El propio Bin Laden apareció en la pantalla durante el
mensaje que, según  la
televisión de Qatar, fue grabado el domingo. "Juro por
Dios que Estados Unidos no conocerá nunca más la
seguridad antes  de que Palestina no la conozca y antes de
que todos los ejércitos occidentales  ateos no salgan
de las tierras santas (del islam)", aseguró. En ese mismo
mensaje, el portavoz de al Qaida, Soleiman Abu Ghaith, dijo 
que el grupo de Bin Laden está "dispuesto a la
confrontación con Estados  Unidos". Por otra parte,
Bin Laden se alegró abiertamente de los atentados del 11
de  septiembre afirmando que Estados Unidos fue "alcanzado
en su punto más  vulnerable". Pakistán
lamentó el domingo por la noche que los  esfuerzos
diplomáticos no lograron convencer a los dirigentes
talibán de  "responder a las demandas
internacionales" señaló un comunicado oficial 
difundido por la agencia APP. Por su parte, la milicia islamista
de los talibán condenó en la  noche del
domingo los ataques estadounidenses contra Afganistán a
los que  calificó de "actos terroristas". "El ataque
estadounidense es un ataque terrorista", declaró el 
embajador de la milicia islamista en Islamabad, Abdul Salam
Zaeef. "No podemos entregar a Osama bin Laden a Estados Unidos".
"Es un ataque contra un país independiente. Vamos a luchar
hasta nuestro  último suspiro", explicó.
"Estados Unidos será responsable del asesinato de gente
pobre", agregó  Zaeef.

f. El Ataque a
Afganistán

1. Hamid Karzai presidente de
Afganistán

Afganistán tiene un nuevo presidente y un nuevo
gobierno. La Loya Yirga, o Gran Asamblea, ha terminado sus
deliberaciones en Kabul. Tras la expulsión del
régimen talibán, en virtud del acuerdo de Bonn se
determinó el método
para llegar a una nueva administración nacional. A este respecto,
se concedió un papel clave a la Gran Asamblea. Poco
después del comienzo de la reunión, se
eligió a Hamid Karzai como presidente de
Afganistán. El ex-monarca Zahir Shah, quien no aspiraba a
la presidencia, fue distinguido con el título de Padre de
la patria.

Poco antes de terminar la reunión de la Gran
Asamblea, unos mil delegados abandonaron la gigantesca carpa, en
señal de protesta contra los interminables y aburridos
discursos y la
ausencia de decisiones concretas. Además, las
deliberaciones transcurrieron penosamente debido a problemas
lingüísticos, ya que algunos delegados hablan
sólo su propio dialecto. A pesar de las considerables
diferencias étnicas, todos los participantes respetaron la
tradición según la cual la Gran Asamblea resuelve
sobre conflictos
entre las diferentes etnias. Según el acuerdo logrado en
Bonn, en diciembre del 2001, la Gran Asamblea debía
nombrar al jefe de Estado y designar un gobierno de
transición para dirigir el país hasta las
elecciones del 2004. La mayoría de los delegados
asumía que decidiría quién formaría
parte del Gabinete. Sin embargo, Karzai prefirió elegir su
propio equipo gubernamental y, al final de la reunión, dio
a conocer los nombres de sus ministros más importantes. El
general Fahim permanece a cargo del departamento de Defensa y
asume la vice-presidencia. Abdullah Abdullah, también
perteneciente a la etnia de los tayikos, conserva su cartera de
Relaciones Exteriores, mientras que Taj Mohammad Wardak, un
allegado de Karzai, asumirá el ministerio del Interior.
Algunos de los delegados se manifestaron decepcionados por no
poder votar por un candidato y calificaron el procedimiento de
antidemocrático. La organización política
del país constituyó un importante punto de
discordia. Algunos delegados consideraron que Afganistán
debe ser una república islámica, pero otros lo
juzgaron irrelevante. En todo caso, el presidente Karzai
opinó que la ley
islámica debe permanecer vigente, y con ello evitó
un conflicto. Otra tarea menos conocida de la Gran Asamblea es el
nombramiento del presidente del Tribunal Supremo, ya que para el
buen funcionamiento de la democracia afgana, es imprescindible
una administración imparcial de la justicia. Un
nombramiento inspirado en intereses políticos en este
cargo tan crucial sería funesto. Sin embargo, hasta el
momento no se ha tomado una decisión al
respecto.

En suma, la Gran Asamblea fue tan sólo
parcialmente un éxito. Karzai fue reconocido como
presidente, e incluso los señores de la guerra no lograron
perturbar el debate sobre
la futura administración. Entre tanto, los delegados han
emprendido su regreso a casa, y probablemente ahora se sientan un
poco más afganos.

2. Dólares y víveres para
Afganistán

El ministro alemán de Relaciones Exteriores,
Joschka Fischer, irrumpió glorioso la sala de conferencias
donde se reunía el Grupo de Apoyo a Afganistán, en
Berlín. A su lado, recién apeados del
helicóptero que los condujo de Bonn, se hallaba el
negociador de las Naciones Unidas, Lakhdar Brahimi. Pocas horas
antes, Brahimi había logrado la firma de un acuerdo de un
gobierno de transición con líderes afganos en Bonn.
En Berlín, el negociador inauguraba una conferencia de
países dispuestos a financiar la reconstrucción de
Afganistán. A través de esos dos actos
parecía cerrarse, casi mágicamente, un
ciclo.

Tras 22 años de guerra y represión, el
pueblo afgano se encuentra ahora en un histórico punto de
transición. Con el acuerdo de Petesberg se presenta por
primera vez en mucho tiempo la posibilidad de un futuro
pacífico y estable que garantice la dignidad a todos los
afganos, y en especial a las mujeres. El llamado Grupo de Apoyo a
Afganistán existe ya desde 1996, pero tan sólo
ahora su función
adquiere carácter
decisivo. Compuesto por 15 países miembros, el grupo
incluye además instituciones
de ayuda de Naciones Unidas, como la Organización Mundial
de la Salud y la FAO, y algunas importantes organizaciones no
gubernamentales, tales como Oxfam y Miserior. Durante los dos
días de reunión en Berlín, el grupo busca
coordinar y fijar prioridades para el envío de ayuda a
Afganistán.

Para frenar un poco las expectativas o los excesos de
los países donantes, Brahimi advirtió desde la
primera jornada, que los países que colaborarán en
la reconstrucción de Afganistán se deben limitar a
entregar los recursos necesarios, para que los afganos mismos
lleven a cabo la reconstrucción.

Estas palabras tenían su justificación. A
la entrada de la Conferencia, en un cúmulo de papeles se
anunciaba proyectos en casi
todos los sectores imaginables: desde la remoción de minas
y la reforma de la agricultura
hasta programas de
empleo,
migración, salud, educación, reformas
políticas, derechos de la
mujer, y mucyos más. A primera vista, el programa se
asemeja a un enorme experimento social que prácticamente
se propone crear un país desde la nada.

Es allí donde muchos detectan problemas, como
Antonio Meléndez, miembro de la ONG Tonpaz,
quien opina se ha comenzado a planear el futuro de
Afganistán sin conocer las necesidades de los afganos. La
comunidad occidental sabe de sobra que la idea de modelar un
país siguiendo los criterios de naciones occidentales
puede ser muy peligrosa. Los países islámicos se
desarrollan en otro sentido. Por tanto, no se puede asumir que lo
que es bueno y valioso para nosotros, también debe serlo
para ellos. La Conferencia se clausuró  con la
promesa de una ayuda global de 1.300 millones de dólares,
de los cuales, según cálculos del subsecretario de
las Naciones Unidas, Kenzo Oshima, unos 600 millones y alrededor
de 52 mil toneladas de alimentos
deberían llegar antes de marzo, para poder crear las
condiciones mínimas de subsistencia del pueblo afgano. En
todo caso, un punto central será el programa de
retorno de los habitantes a un territorio en el que más de
20 años de guerra han obligado a muchísimos afganos
a abandonar su región e incluso el país. Este
programa es particularmente delicado, pues aún subsisten
los problemas entre las diferentes tribus afganas,
señaló Oshima.

A su juicio, la experiencia ha demostrado que estos
programas de
retorno ocasionan muchísimos problemas y conflictos, no
sólo porque, con frecuencia, se inventan fronteras
artificiales entre grupos rivales o porque producen conflictos
entre quienes se quedaron y los, casi siempre, privilegiados que
regresan.Además, muchos desconfían de la Alianza
del Norte, que hasta hace poco tiempo dominaba el tráfico
internacional de heroína, y cuyos jefes fueron derrocados
por los Talibán, incluso con el aplauso hasta de Estados
Unidos. La situación en que queda Afganistán
refleja, como pocas, los brutales entrelazamientos de la
política internacional, así como el oportunismo de
Occidente. Entre el ataque a EEUU y la situación de
la mujer bajo los
Talibán existe un gran abismo.

Al parecer, los demás países poderosos de
Occidente han encontrado en el oscuro régimen de los
Talibán y el castigado Afganistán una
justificación para seguir la cacería norteamericana
de un incierto culpable que su propia política
internacional creó.

3. Afganistán ya tiene gobierno

Tras nueve días de  difíciles
negociaciones  en la ciudad alemana de Bonn, las
cuatro  facciones afganas han logrado un acuerdo
histórico sobre la  composición de un
gobierno.  El acuerdo ha sido firmado en presencia del
Canciller alemán, Gerhard Schröder y del Ministro
alemán de Relaciones Exteriores, Joschka Fisher.
Seguidamente Fischer viajó a la capital
alemana Berlín, donde comenzó una conferencia de
países donantes sobre la ayuda de emergencia para
Afganistán, país que ha quedado destruido por la
guerra.

Tras otra noche sin dormir, a las seis de la
mañana del día 5 de diciembre, los delegados
llegaron a un acuerdo sobre los nombres y el reparto de los
ministerios en el nuevo gobierno interino  para
Afganistán. Los puestos clave ya han sido designados pero
todavía faltan algunos de menor importancia.  El
gobierno será liderado por el prominente líder
pastún, de la región de Kandahar, Hamid Karzai.
Éste mantiene estrechos lazos con el ex rey afgano, ahora
en el exilio, y goza del apoyo de Estados Unidos: pero lo
más importante es que es un pastún
prominente.

La Alianza del Norte controla la mayor parte del
territorio afgano, inclusive la capital Kabul, pero es una
coalición de grupos étnicos minoritarios del norte
formada por  tayikos, azeríes y uzbecos. Sin embargo,
no puede haber un gobierno estable en Kabul, sin la
participación de los pastunes. El presidente de la
conferencia y enviado especial de la ONU, Lakhdar Brahimi, lo
puso de relieve en
varias ocasiones: el balance étnico es la clave para
cualquier solución viable en Afganistán. Esto queda
reflejado en este gobierno interino: 11 miembros de la etnia de
pastunes, 8 tayikos, 5 azeríes, 3 uzbecos y 2
representantes de grupos minoritarios.
Sin embargo, la Alianza del Norte no tiene ningún motivo
para quejarse porque desempeñará la mayor parte de
los puestos clave. El general Mohammed Fahim (sucesor del
recientemente asesinado comandante Ahmed Shah Masoud)
ocupará  la cartera de defensa. Younes Qanouni,
líder de la delegación de la Alianza del Norte en
Bonn desempeñará el cargo de  Ministro del
Interior y por lo tanto responsable de la policía y la
seguridad nacional.  El actual Ministro de Relaciones
Exteriores de la Alianza – Abdullah Abdullah – ocupará el
mismo cargo en el nuevo gobierno interino de Kabul.

Un importante cambio es el nombramiento de dos mujeres.
Una de ellas ocupará será  uno de los cinco
vice primer ministros del gobierno. Esto termina definitivamente
con la exclusión total de la mujer de la vida
pública durante el régimen de los
Talibán.  Brahimi, se  mostró
satisfecho  con el buen resultado de la conferencia 
pero advirtió que  el verdadero trabajo
todavía se tiene que hacer. Efectivamente la tarea es
inmensa. El nuevo gobierno interino entrará en funciones el 22
de diciembre por  un período de 6 meses. Para empezar
tendrá que crear la seguridad en Kabul y controlar a todos
los señores de la guerra. El nuevo gobierno interino
pedirá que el Consejo de Seguridad de la ONU envíe
una fuerza de seguridad internacional a Kabul y sus
alrededores.

Brahimi dijo que nadie pretende que  las 4
agrupaciones afganas que firmaron el acuerdo sean representativas
para todo el espectro político en Afganistán, pero
que este es un primer paso importante.

El gobierno interino tiene seis meses para ocuparse de
las tareas más urgentes, antes de convocar una Loya Jirga,
una asamblea de los patriarcas tribales, ampliada con mujeres e
intelectuales. Esta asamblea designará un nuevo gobierno
interino para los próximos dos años. 
Después de estos dos años, una nueva Loya Jirga
deberá adoptar una nueva Constitución bajo la cual se
celebrarán elecciones para instaurar un nuevo gobierno con
una base amplia.

La ONU, Estados Unidos, Rusia, La Unión
Europea y países vecinos como Pakistán, se han
congratulado con el acuerdo, pero todos son conscientes de la
fragilidad del mismo. Cabe preguntarse si las demás
facciones aceptarán la dominación de la Alianza del
Norte. La Comunidad Internacional seguirá de cerca los
acontecimientos, y para alentar a todos los afganos, se
donarán miles de millones de euros sólo si los
afganos continúan colaborando.

4. La Cruz Roja pide respetar las reglas
humanitarias

Una vez más, las bombas
norteamericanas destruyeron accidentalmente un edificio de la
Cruz Roja en Afganistán. En esta ocasión, se
trataba de una clínica en la ciudad de Kandahar.
Según un médico de la institución, el
bombardeo causó la muerte de 11
ciudadanos. La Cruz Roja exige que los países respeten las
reglas humanitarias del derecho de guerra, estipulado en el
Tratado de Ginebra de 1949.

El objetivo del reglamento del derecho humanitario de
guerra es proteger a las personas víctimas de conflictos
armados. Al mismo tiempo, pone limitaciones a los métodos de
combate y al tipo de armas que se utiliza. La Cruz Roja
promovió el establecimiento del derecho humanitario de
guerra. En 1865, Henri Dunant, quien sería más
tarde el fundador de la Cruz Roja, estuvo en el campo de batalla
de Solferino, en Italia.
Allí, Dunant llegó al convencimiento de que cada
país debe disponer de una organización
independiente de ayuda humanitaria que, en tiempos de guerra,
debe poder retirar víctimas del campo de batalla. Acuerdos
internacionales garantizarían que esas personas,
distinguidas por un emblema especial (más tarde el de la
Cruz Roja), no serían atacadas.

Hasta el presente, los Estados son conscientes de este
reglamento. Cuando estalla la guerra en alguna parte del mundo,
el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas exhorta a las
partes en el conflicto a atenerse a la Convención de
Ginebra. La Convención y los Protocolos
pertinentes prohíben el uso de armas que causen heridas
innecesarias, por ejemplo, minas antipersonales. En cuanto a la
guerra en Afganistán, se critica el uso de bombas de
racimo, o fragmentación, las cuales contienen
pequeños explosivos que a veces se parecen a minas
antipersonales. Es preocupante que estas bombas se utilicen en
las proximidades de concentraciones urbanas.

En los últimos años, se originaron nuevas
situaciones de guerra con fronteras y partes beligerantes
indefinidas. Según la Cruz Roja, siguen en pie los valores
fundamentales de la protección de gente inocente, la
limitación del sufrimiento y el suministro de ayuda
humanitaria a quienes la necesiten. Sin embargo, la Cruz Roja
opina que las nuevas situaciones obligan a una revisión
del derecho de guerra. Gracias al desarrollo tecnológico,
las armas cambian y, por consiguiente, es preciso adaptar los
acuerdos internacionales.

g. Los
Terroristas

1. Presos de Al Qaeda y del Talibán en
Afganistán

Desde el momento en que los norteamericanos encierran a
miembros de Al Qaeda en la base norteamericana de
Guantánamo, en Cuba, toda la atención se concentra
en la isla. Al parecer, todo el mundo ha olvidado a los
prisioneros en Afganistán. Desde diciembre, unos 3.500
miembros de Al Qaeda y los Talibán permanecen en la
cárcel de Sherbarghan, cerca de la ciudad norteña
de Mazar-i-Sharif.

Los reclusos viven en circunstancias deplorables,
según informa John Heffanent, de la organización
Médicos por Derechos Humanos, quien los visitó.
Según John Heffanent, las celdas están
superpobladas, pues cada unidad fue construida para alojar unas
10 personas, y ahora hay por lo menos 100 prisioneros por unidad.
Las facilidades para cocinar son horrendas, al igual que la
comida. Se carece de equipo sanitario y ventanas. Muchos
prisioneros se enferman del frío. Cuando llegue el verano,
las temperaturas serán insoportables, lo que, según
Heffanent, empeorará aún más la
situación. En verano, los prisioneros están
todavía más expuestos a enfermedades como la
disentería. La mayoría de ellos ya ha adelgazado
mucho y, según un carcelero, varios han muerto en sus
celdas. Heffanent no sabe si la situación en estas
cárceles es peor que la de Guantánamo Bay, pero
teme que sí. No hay ninguna presión del extranjero
para mejorar la situación en esta cárcel de
Afganistán; en cambio, tratándose de
Guantánamo Bay, sí se ejerce sobre Estados Unidos.
Heffanent opina que, mientras mueren prisioneros en la
cárcel de Sherbarghan, hay que dedicar atención a
la situación reinante allí. Los combatientes, que
luchaban en las cercanías de Kunduz, fueron encarcelados a
finales de diciembre del año pasado. Algunos de ellos,
según Washington los más ‘militantes', han
sido trasladados a Cuba. No está claro qué ha
pasado con los que permanecen en Afganistán. La
organización estadounidense Médicos para los
Derechos Humanos quiere que los prisioneros reciban un trato
humanitario. En estos momentos, los partidarios del general
Dostum los vigilan. Con tal fin, reciben fondos de Kabul, pero,
según Heffanent, no son suficientes, y Estados Unidos, que
los detuvo, sigue siendo responsable de ellos. La
organización Médicos por los Derechos Humanos ha
protestado ante el Pentágono y el Ministerio
Norteamericano de Asuntos Exteriores, pero hasta el momento no ha
recibido respuesta alguna.

2. Mohamed Atta en Praga

A principios del pasado mes de abril, el terrorista
egipcio Mohamed Atta, quien pilotaba una de las dos aeronaves que
se estrellaron contra las Torres Gemelas de Nueva York, se
encontró en Praga con un agente de los Servicios Secretos
iraquíes. Lo que durante varias semanas se mantuvo en el
plano de las especulaciones, fue reconocido el pasado viernes por
el ministro del Interior checo, Stanislav Gross.

Se trata de uno de los indicios más claros de los
nexos del régimen de Saddam Husein con los ataques
terroristas del pasado 11 de septiembre, tema sobre cual el
Gobierno checo se negaba a hablar por temor a que Estados Unidos
tomara represalias contra Iraq. No
obstante, el ministro Gross asegura que los Servicios Secretos
checos lo pusieron al tanto de la reunión poco
después de los ataques a Nueva York y Washington. "Por
razones de seguridad, nos limitamos a confirmar la existencia de
dicho encuentro", declaró el ministro Gross, agregando que
existen testigos de que Atta se reunió en la capital checa
con el entonces cónsul de Iraq en este país, Ahmad
Chalil Ibrahim Samir Al-Ani, y que ahora se investigan los
objetivos de
dicha reunión. Según fuentes checas, Samir Al-Ani
ocupa un alto cargo en los servicios de inteligencia
iraquí para Europa Central, y probablemente dirigió
desde la República Checa operaciones en el ámbito
internacional. Dos semanas después de su encuentro con
Atta, el 22 abril de este año, Al-Ani fue expulsado de la
República Checa bajo sospechas de planear ataques contra
intereses norteamericanos en ese país. Una de las
posibilidades que maneja Praga es que Iraq podría haber
facilitado pasaportes falsos a los terroristas. Además,
algunos medios de
comunicación especulan incluso sobre la posibilidad de
que el ántrax que ha aparecido estos días en
Estados Unidos, puede haber sido producido en laboratorios
secretos de Saddam Husein, y que Atta viajó a la
República Checa precisamente para recibir de manos de
Al-Ani esporas de la bacteria. Sin embargo, esto no es nada
nuevo, ya que, hace unas semanas, el ex inspector de armas de las
Naciones Unidas, Richard Buttler, advirtió sobre los
presuntos planes de Atta en territorio checo. Entretanto, Iraq
niega categóricamente cualquier vínculo con el
terrorista Mohamed Atta y con los ataques del 11 de septiembre.
El propio Samir Al-Ani calificó de ‘gran mentira'
las declaraciones del Gobierno checo y le exigió que
presente pruebas que respalden sus acusaciones. Desde hace
algunas semanas, varios medios de
comunicación internacionales señalan a la
República Checa como un país donde se reúnen
terroristas. En su emisión del 17 de octubre, la
estación de televisión alemana ZDF calificó
incluso a esta república como ‘el paraíso de
los hombres de Bin Laden y de su red terrorista Al Qaeda'. Dos
días antes, el
periódico británico The Observer había
informado que miembros de la citada organización,
detenidos recientemente en El Cairo, obtuvieron cápsulas
de ántrax en la República Checa. Estas afirmaciones
fueron desmentidas por el ministro del Interior checo, Stanislav
Gross, quien aseguró que las autoridades correspondientes
de los servicios de inteligencia egipcios le informaron que no
sabían nada al respecto. Al mismo tiempo, el titular
subrayó que la República Checa no aceptará
que la comunidad internacional la acuse de albergar a terroristas
en su territorio. Mohamed Atta efectuó al menos dos
visitas a la República Checa. La primera de ellas fue el 2
de junio del año pasado, procedente de Alemania,
donde estudiaba en la Universidad Técnica de Hamburgo. En
esa ocasión, permaneció en el país menos de
24 horas, y se embarcó en un avión de las
Aerolíneas Checas con destino a Newark, en New Jersey. Un
mes después, empezó a asistir a un curso de
pilotaje en el Estado norteamericano de Florida.

3. ¿Quién es Osama Bin
Laden?

Se especula sobre el cerebro que
está detrás de esta ola de atentados que
sacudió ayer a Estados Unidos y al mundo. Una cosa es
segura: los autores tienen un inmenso odio en contra de los
Estados Unidos y sus habitantes. A pesar de que los atentados
aún no han sido reivindicados, diversas fuentes
señalan como responsable al multimillonario saudita Osama
Bin Laden, el terrorista más buscado del mundo.

Osama Bin Laden es sospechoso de haber perpetrado por lo
menos cinco atentados entre 1993 y 2000 contra blancos
norteamericanos, entre ellos el atentado contra las ‘Torres
Gemelas' del World Trade Center en Nueva York en el año
1993. Uno de sus cómplices, el pakistaní Ramzi
Yousef, colocó una bomba en el garaje subterráneo
de ese centro comercial neoyorquino. Seis personas murieron y
miles resultaron heridas. Después del atentado, el
pakistaní dijo que no se arrepentía de su
acción, y que la próxima vez tendría
más dinero, para destruir por completo las torres. Bin
Laden, nacido en 1957 como Asama Mohamed al Wahad en Arabia
Saudita, estudió economía en la Universidad de
Jeddah y recibió clases del líder histórico
de Hamas: Abdullah Azzam, un palestino de ascendencia jordana. Se
hicieron muy amigos y ambos jugaron un papel importante en la
lucha contra los rusos, cuando éstos invadieron a
Afganistán a finales de los años setenta. Su lucha
contra los comunistas les dio fama mundial. En aquella
época sus acciones fueron apoyadas por los servicios
secretos de Pakistán y Arabia Saudita y por el servicio de
inteligencia norteamericano, CIA. Osama Bin Laden ganó una
fortuna con estas acciones, fortuna que se estima en unos 300
millones de dólares. Bin Laden sigue haciendo negocios:
entre otras cosas comercia pescado y barcos, sobre todo en
Sudán. Una parte de sus ingresos son
pagados a través de Organizaciones no-Gubernamentales como
la Organización internacional Islámica de Ayuda
Humanitaria. Desde principios de los años noventa, Osama
Bin Laden se tornó cada vez más activo en el
terreno religioso. Fundó una organización
islámica militante, Al Qaida (que significa La Base). El
objetivo de esta organización es eliminar toda
oposición contra el Islamismo. El mayor enemigo de los
musulmanes es – según Bin Laden – Estados Unidos, seguido
por Europa. También son enemigos Rusia, Israel y la India.
Atentados contra las embajadas de Estados Unidos. Desde mediados
de los años noventa, el multimillonario saudita
comenzó a atacar abiertamente a los norteamericanos. En
1994 el cuartel del ejército estadounidense en Ryad
y
un año después un cuartel en
Dhahran
, ambos en Arabia Saudita. En octubre del
año 2000 se perpetró un atentado suicida contra una
fragata norteamericana en Yemen, que costó la vida a 17
tripulantes. Desde entonces, Osama Bin Laden encabeza la lista de
terroristas más buscados del mundo. Estados Unidos
desconoce su paradero y se sospecha que se esconde en las
montañas de Afganistán. En su patria, Arabia
Saudita, no puede vivir, porque es considerado persona non
grata. El regimen islámico fundamentalista de los
Talibán en Afganistán se niega a entregarlo a
Washington. En consecuencia, Estados Unidos y las Naciones Unidas
han impuesto
sanciones contra Afganistán, país azotado desde
hace más de diez años por una guerra civil.
Recientemente, el director de la CIA calificó a Bin Laden
de la ‘mayor y más directa amenaza a la seguridad
norteamericana'. Washington ha ofrecido una recompensa de 5
millones de dólares a quien informe sobre el paradero de
Bin Laden. Hay otros personajes que son culpados por los
atentados, y son:

h.
Bioterrorismo

1. Bush: medidas contra un posible ataque de
viruela

A pesar de que hace más de 20 años se
afirmó haber erradicado la viruela en el ámbito
mundial, la enfermedad ha vuelto a ser tema de
preocupación en Washington ante un posible ataque
bioterrorista, para el cual no se sabe ni la hora, ni el
día, pero si la forma en la que se podría dar
respuesta a un ataque masivo.

En las próximas ocho semanas,  el gobierno
Federal podría vacunar contra la viruela   a
casi medio millón de trabajadores sanitarios, bomberos,
policías y conductores de ambulancias, entre otros, como
medida preventiva contra un ataque. Al mismo tiempo el gobierno
de Bush debate planes
para llevar a cabo una vacunación nacional. En la
actualidad sólo EE.UU. y Rusia  poseen el virus de la
enfermedad, no obstante,  algunos expertos temen que
también podría haber sido adquirido por otras
naciones como Corea del Norte e Irak. Esta posibilidad inquieta a
los Estados Unidos que después del 11 de septiembre no
están dispuestos a esperar a que se perpetre un nuevo
ataque terrorista. Según David Heyman, director del
programa de Ciencia e
Iniciativas de Seguridad en el Centro de Estudios
Estratégicos e Internacionales, en Washington,  los
EE.UU. están tomando este tipo de medidas  debido a
las pruebas halladas en Afganistán acerca de  planes
para el uso de armas biológicas.  " Sabemos que Osama
Bin Laden dijo a sus seguidores que era su obligación
tratar de adquirir estas armas de destrucción masiva.
Estas personas realmente tienen mucho interés en este tipo
de armas, de hecho se encontraron algunos residuos en
laboratorios en Afganistán. Hay personas que están
encargadas de ello". Al mismo tiempo, Heyman agregó que
"también sabemos en la ex Unión Soviética
había un gran departamento cuyo fin era producir armas
biológicas". El presidente Bush dijo durante una
conferencia de prensa que aún no ha tomado una
decisión final sobre la vacunación masiva, pues
algunas personas podrían enfermarse al ser vacunadas. "
Una preocupación que puedo compartir con ustedes es que
para algunas personas la vacuna podría constituir un grave
riesgo e
incluso podría constarle la vida". 

El mes pasado un panel federal de asesores
respaldó un plan  para de vacunación que
prevé el aislamiento de los pacientes infectados  y
serían vacunadas las personas que mantuvieran contacto con
ellas, formando un circulo de inmunización en torno al
brote y una barrera para su extensión. Sin embargo,
según un estudio realizado por Edward Kaplan, de la
Escuela de
Medicina de la
Universidad de Yale, la medida del gobierno federal funcionaria
únicamente  si el brote de viruela comenzara con un
número reducido de personas infectadas, pero el
bioterrorismo no sigue ese esquema. Kaplan recomienda una
vacunación masiva. Desde 1983 únicamente 11. 000
estadounidenses que trabajan con el virus han sido
vacunados.  La eventual vacunación masiva contra la
viruela se debe según  Heyman, a que los tiempos han
cambiado y los riesgos de hace
veinte años no son los riesgos de ahora.  La vacuna
que antes era usada para las personas que hacían investigaciones
de la enfermedad, ahora tiene que emplearse como medida de
protección ante un ataque terrorista.

La administración Bush se está movilizando
rápidamente para combatir cualquier posibilidad de
agresión. En el caso de un ataque con el virus de la
viruela, el gobierno está tomando medidas que van desde la
creación de millones de reservas de la vacuna, el
desarrollo de un plan de cuarentena y negociaciones con grupos
que  desean que sus miembros sean vacunados.

La viruela es una enfermedad infecciosa altamente
contagiosa que se caracteriza por la erupción de
pústulas y fiebre. Esta puede ser una eficaz arma
bactereológica pues aunque no es tan mortal como el
ántrax, se contagia rápidamente y puede provocar la
muerte. Una de las preocupaciones de las autoridades es que la
nueva generación de profesionales de LA medicina
podría tener enormes dificultades para diagnosticar la
enfermedad por no conocer sus síntomas ya que ésta
fue erradicada hace varias décadas.

2. Ántrax

Descubridor: ROBERT KOCK
(Clausthal 11.12.1843-Baden-Baden 27.5.1910)

Médico y bacteriólogo alemán quien
en 1876 demostró por primera vez que un microorganismo
vivo era el agente causante de una enfermedad infecciosa conocida
como ántrax o carbunco. Kock fue Director del Instituto
Imperial de enfermedades infecciosas de Berlín, es
considerado uno de los fundadores de la moderna
bacteriología. Desarrolló varios métodos de
investigación. En 1882 descubrió el bacilo de
la tuberculosis
(bacilo de Koch) y logró cultivarlo fuera del organismo
humano. En 1883 descubrió el vibrón
colérico, agente causante del cólera, y más
tarde el agente causante y el método de
transmisión de la fiebre recurrente africana. Premio Nobel
de medicina en 1905 por sus investigaciones sobre la tuberculosis.

Antrax o Carbunco

El Carbunco o Antrax es una epidemia de
declaración obligatoria.Es una infección aguda
causada por esporas del Bacillus anthracis, ataca a los
vertebrados herbívoros pero puede atacar a los humanos
cuando estos están expuestos a animales
infectados. El Antrax se da principalmente en regiones
agrícolas o por Antrax industrial, su inhalación es
fatal. Es un proceso
irreversible. El Antrax puede transmitirse por inhalación,
puede atacar la piel y
también adquirirse al consumir carne contaminada. Es muy
raro hablar de animales
contaminados en los Estados Unidos de América del Norte.
Las esporas del Bacillus anthracis pueden vivir en el suelo por muchos
años y resistir temperaturas de hasta 103 grados
centígrados.
SÍNTOMAS
El Antrax se manifiesta en la
expulsión de sangre a
través de los orificios corporales, seguidos de la muerte
repentina. En la piel se forma
una pústula tras un periodo de incubación de 4 a 7
días que sufre después una inflamación
purulenta. Es una afección muy parecida al resfriado
común o a la neumonía tóxica. Produce
nauceas, falta de apetito, vómito con
sangre,
fiebre, dolor abdominal, severa diarrea.

Identificacion, síntomas y prevencion de
ANTHRAX
-Identificación

El ántrax es una enfermedad infecciosa aguda que
normalmente afecta avertebrados salvajes y domésticos
(ganado, ovejas, cabras, camellos,antílopes, y otros
herbívoros), pero también puede afectar a humanos
cuandose exponen a animales infectados o tejidos de
animales infectados.
-Formas clínicas del ántrax humano
El ántrax humano tiene tres formas clínicas:
cutánea, por inhalación, y gastrointestinal.
El ántrax cutáneo resulta de la introducción de la espora a través
de lapiel; el ántrax de la inhalación es a
través del tracto respiratorio, y el ántrax
gastrointestinal por ingestión.
En el cutáneo primero se produce picor superficial en la
zona donde se produce la penetración, seguido por una
lesión que se vuelve papular, después vesicular y
en 2-6 días desarrolla un chancro negro deprimido. El
chancro normalmente se rodea por un edema de moderado a severo y
muy extenso, a veces con vesículas secundarias
pequeñas.
Las infecciones no tratadas pueden extenderse a los nodos de la
linfa regionales y al torrente sanguíneo con una
septicemia aplastante. El ántrax cutáneo no tratado
tiene una proporción de muertes entre el 5% y el 20%, pero
con terapia antibiótica eficaz, ocurren pocas muertes.
Los síntomas iniciales del ántrax por
inhalación son apacibles y no específicos y pueden
incluir fiebre, malestar y tos apacible o dolor del pecho; los
síntomas agudos de dolor respiratorio, fiebre y shock
aparecen en 3-5 días, produciéndose la muerte
rápidamente después de esto.
El ántrax intestinal es raro y más
difícil reconocer.
La confirmación de
laboratorio se
hace por aislamiento de B. anthracis de la sangre, lesiones
superficiales, o las secreciones respiratorias mediante
tinción con azul de metileno (M'Fadyean), o por cultivo o
inoculación en ratones, o conejos. Se puede realizar la
identificación rápida del organismo por
immunodiagnóstico, ELISA y PCR.
-Distribución
El ántrax es
una infección humana poco frecuente y esporádica en
la mayoría de países industrializados. Es
principalmente un riesgo profesional de obreros que procesan pelo
o hueso, de veterinarios y agricultores. El ántrax humano
es endémico en regiones agrícolas del mundo donde
el ántrax en animales es común; éstos
incluyen países en Sur y Centroamérica, Europa del
sur y oriental, Asia y África. El ántrax es
considerado un agente potencial en bioterrorismo y guerra
biológica y, como tal, podría presentarse
epidemiológicamente en circunstancias raras.
-Modo de transmisión

Los modos de transmisión del ántrax en
situaciones normales son:
-El Cutáneo por contacto con tejidos de
animales (ganado, oveja, cabras, caballos, cerdos y otros)
infectados, por contacto con pelo contaminado, lana, o los
productos fabricados con ellos, como tambores, cepillos o
alfombras, o por contacto con tierra
asociada con animales infectados. Los artículos y tierra
contaminadas con esporas pueden seguir siendo infectivos durante
décadas.
-El ántrax por inhalación es el resultado de la
inhalación de esporas en procesos
industriales arriesgados, como curtir pieles y procesar lana.
-El ántrax intestinal se debe a la ingestión de
carne sin cocinar contaminada; no hay ninguna evidencia que la
leche de los
animales infectados transmita ántrax.
La transmisión de persona a persona
es muy rara.
-Protocolo de
vacunación

La vacuna sólo debe administrarse a los
individuos saludables de 18 a 65 años de edad. No se sabe
si la vacuna del ántrax puede causar daño fetal, y
no deben vacunarse mujeres embarazadas. La inmunización
consiste en tres inyecciones hipodérmicas cada dos
semanas, seguidas por tres inyecciones hipodérmicas
adicionales cada 6, 12, y 18 meses. Se exigen inyecciones de
recuerdo anuales de la vacuna para mantener la inmunidad. Y
genera una inmunidad cercana al 93%
-Ántrax y guerra biológica.
Las esporas del ántrax son al parecer una de las mejores
opciones como armas para la guerra biológica Ya que pueden
producirse fácilmente y ser guardadas en seco y permanecer
almacenadas de forma viable durante décadas, se dispersan
fácilmente por el aire y pueden ser
inhaladas por tropas indefensas, permaneciendo en tierra durante
muchos años.
Irak, Rusia y otras diez naciones tienen capacidad para cargar
esporas de B.anthracis en las armas.
Las fuerzas militares de EEUU han sido han vacunadas
recientemente contra el ántrax debido a la
preocupación sobre la perspectiva del uso de esporas del
ántrax.
En un Manual de la
Armada americana en la Medicina Operacional y Apoyo de la Flota.
(U.S. Navy Manual on
Operational Medicine and Fleet Support) se dan una serie de
recomendaciones en caso de usarse el B. Anthracis como arma
biológica.
Se pensaba anteriormente que el Ántrax inhalado era casi
100% fatal a pesar del tratamiento antibiótico,
particularmente si el tratamiento se empieza después de
aparecer los síntomas. Un reciente estudio del
Ejército obtuvo un tratamiento exitoso en monos con
terapia antibiótica tras la exposición
a las esporas del Ántrax. La terapia antibiótica se
empezó un día después de la exposición. Este estudio implica que la
terapia antibiótica puede ser útil en BW si se
comienza poco después de realizado el ataque.
-Peligros de un ataque con anthrax
Una bomba
atómica de 12.5 kilotones que explotara encima de una
ciudad podría causar 80,000 muertes, sólo 100
kilogramos de esporas del ántrax podrían matar
entre uno y tres millón de personas.
Después de la Segunda Guerra
mundial el desarrollo de armas biológicas
asumió una prioridad relativamente baja. Pero los
recientes adelantos en biotecnología han hecho posible la producción más eficaz de virus
destructivos y bacterias.
Los desarrollos de este tipo significan que la amenaza de armas
biológicas es muy real en el mundo después de la
guerra
fría. Las armas biológicas podrían
causar un gran conflicto, ya que son relativamente baratas
además, su uso no esta siendo controlado actualmente por
procedimientos
de confirmación internacionales como aquellos que aplican,
por ejemplo, a las armas nucleares. Este hecho quedó
patente espantosamente en 1991 durante la Guerra del Golfo cuando
Saddam Hussain preparó un programa ofensivo que usaba las
esporas del ántrax y la toxina del botulinum que
podrían usarse contra las Fuerzas Aliadas. Pero existe una
manera segura para asegurar que estas armas terribles nunca se
usen de nuevo. Siguiendo la tercera conferencia de la
Convención de Armas Biológica de 1991, expertos
gubernamentales dieron un mandato para desarrollar un protocolo de la
confirmación legal llegando a un acuerdo que
aplicaría cada uno de los 133 estados de que participaron
en la Convención.
-Defensas contra las Armas Biológicas

Respirador o máscara de gas. Los filtros,
normalmente están hechos de carbono
activado, deben bloquear partículas más grande que
una micra. También es aconsejable proteger contra el
contacto con heridas abiertas.
Escudos protectores. Mejor en un cuarto cerrado, aislado con
plástico o
algún otro material del impermeable y ventilación
con aire
filtrado.
Desinfección. Los desinfectantes tradicionales como
formaldehído son eficaces para superficies.
Vacunación. Debe ser para el agente específico.
Algunos agentes requieren varias inoculaciones encima de un
periodo extendido antes de inmunidad se confiere. Para muchos
agentes, ninguna vacuna está disponible.
Antibióticos. Eficaz contra algunos pero no todos los
agentes bacterianos (y no eficaz contra los virus). Para algunas
bacterias
susceptibles, la terapia antibiótica debe empezar
después de unas horas de exposición, antes de
aparecer los síntomas.
Sistemas de descubrimiento. Unidades de campo rudimentarias.
Actualmente disponibles para algunos agentes
específicos.

i.
Analisis

1. ¿Cambió el mundo después del
11 de septiembre?

¿Ha cambiado el mundo después del 11 de
septiembre? Para los habitantes de países en vías
de desarrollo parece que no. Como siempre, en tiempos de crisis
internacional, ellos sufren más que los otros.

Las imágenes
del desplome de las torres gemelas en Nueva York se han visto en
el mundo entero, también en los países más
pobres. Sin embargo, Paul Hoebink, investigador del Centro para
Desarrollo Internacional de la Universidad holandesa de Nimega,
dice que los acontecimientos del 11 de septiembre no impresionan
demasiado a los ciudadanos de los países en vías
del desarrollo. Hoebink afirma que todo el mundo ha visto las
imágenes de los atentados, pero cuando hay que luchar por
el pan de cada día, se trata de un acontecimiento muy
lejano para ellos. El presidente del Banco Mundial, James
Wolfensohn, advirtió poco después de los atentados
que la pobreza en los
países en vías de desarrollo aumentaría.
Sobre todo aquellos que exportan materia prima
sufren las consecuencias. El valor de esos productos ya era bajo,
pero después del 11 de septiembre, su precio  ha
tocado fondo. Los países en cuestión dependen en
gran medida de los mercados en
Europa y Estados Unidos. Si el consumo en los
países ricos disminuye, los países pobres - 
como suministradores de materia prima
– son los primeros en sufrir las consecuencias.

Además de ello, existe el temor de que la ayuda
norteamericana a estos pueblos disminuya en un futuro
próximo, ya que Estados Unidos ha prometido más
ayuda a países como Afganistán y Pakistán.
Los africanos, por ejemplo, temen que ello vaya en detrimento de
una eventual ayuda para ellos. Después del 11 de
septiembre también ha cambiado el carácter
político de la ayuda al desarrollo. Después de la
guerra
fría se consideraba el buen gobierno como una
condición indispensable para otorgar ayuda. No era tan
importante cuál era la ideología de los dirigentes
políticos que gobernaban un país. Dictadores de
Corea del Norte y Vietnam  del Sur han recibido mucha ayuda
de Estados Unidos en la lucha contra el comunismo. A
principios de los años noventa se prestaba más
atención a los derechos humanos y la
democratización. Hoebink dice que todo parece indicar que
ahora se hace nuevamente caso omiso de estos principios y que la
única condición para la ayuda es el apoyo a la
coalición contra el terrorismo. Hoebink opina que
Occidente pierde así su credibilidad. El investigador
holandés señala que sólo la
desaparición de la pobreza hará un mundo más
seguro. Por consiguiente los norteamericanos harían mejor
en concentrarse – después del ataque contra el terrorismo
– en la lucha contra la pobreza en el mundo. Pero, cabe
preguntarse si Estados Unidos está dispuesto a
ello.

2. Una derrota estratégica en medio del
triunfalismo

¿Puede una nación de porte
económico medio e insignificante peso militar – o
una pequeña coalición de naciones con similares
características  – imponer una
derrota estratégica a los intereses del gobierno de
Estados Unidos? No solo puede sino que acaba de
hacerlo.

Por supuesto no nos referimos a Afganistán donde
la super-potencia intenta reafirmar su poder sobre el mundo; su
capacidad de intervenir militarmente en cualquier lugar, poner y
sacar gobiernos, destruir viejas alianzas y construir otras;
manipular sectores de la población a su antojo, ordenar
comportamientos y dictar leyes de
obediencia universal; imponer la justicia sumaria mediante
tribunales militares, etc. Todo ello con la cooperación de
la vieja Europa, la sumisión de sus ex rivales y la
obediencia de quienes no saben hacer otra cosa. Y decimos
"intenta reafirmar" y no simplemente "reafirma" porque aunque
algunos crean que desde el 11 de setiembre el planeta se
convirtió exclusivamente en un teatro global de
operaciones antiterroristas, felizmente subsisten otros espacios
y otras luchas de carácter internacional donde la
razón y las leyes no las impone el que tiene mas aviones y
más bombas. Aunque ocurrió en Doha – Qatar -,
es decir dentro de la región mas convulsionada del mundo,
el acontecimiento no tuvo mayor repercusión, en parte
porque coincidió con la entrada de la Alianza del Norte en
Kabul, en parte porque la actual razón de ser de los
grandes medios de
comunicación social es anunciar las
victorias contra "el terror" (aunque mueran inocentes como en las
torres gemelas) y no los reveses sufridos por el poder
estadounidense en otros campos. En esa pequeña localidad,
después de una maratónica sesión final
– que se extendió un día mas de lo previsto –
la 4ta. reunión ministerial de la Organización
Mundial de Comercio (OMC)
aprobó una declaración política en la que se
reconoce que la salud publica
tiene primacía sobre el Acuerdo de Propiedad
Intelectual.

En el caso de los medicamentos, "los países
tienen el derecho de aplicar licencias compulsivas (quiebra de
patentes) y la libertad de determinar los justificativos para tal
acción". En la practica esto significa que, no solo en el
caso del SIDA, sino de
otras enfermedades como tuberculosis o malaria, si las
multinacionales farmacéuticas pretenden continuar lucrando
con ellas mediante precios por
encima de las posibilidades económicas de los pacientes,
los Estados o los laboratorios nacionales quedan autorizados a
fabricar los mismos medicamentos – a un precio menor
– sin reconocer ningún derecho de
patente.

Y sin exponerse al riesgo de demandas judiciales
posteriores.

Para ello, cada gobierno deberá determinar la
existencia de una emergencia o una crisis nacional de salud. La
actual tasa de alrededor de 14 millones de personas que mueren
anualmente por falta de acceso a los medicamentos adecuados
– según las organizaciones no gubernamentales Oxfam,
Médicos sin Fronteras y la Red del Tercer Mundo –
podrá reducirse en la medida en que esos medicamentos sean
sustituidos por "genéricos" con precios considerablemente
más baratos.

Identificada y jaqueada  por las ONG's. y los
activistas "anti-globalización" como un foro para la defensa de los
países y empresas mas poderosas contra las exigencias de
justicia de los menos favorecidos, la OMC no pudo
evitar el fracaso de la ultima ronda de negociaciones, en
Seattle.

Esta vez, ante la amenaza de salir de Doha sin el
consenso necesario para la agenda de una nueva ronda, a iniciarse
el próximo año, los "grandes" – Estados
Unidos y la Unión
Europea – tuvieron que ceder en varios
puntos.

¡Y, por primera vez  los representantes de
los 142 países participantes hicieron suya la firme
posición de Brasil y África del Sur – dos
naciones del llamado "Tercer Mundo", sin armas nucleares y sin
delirios hegemónicos – en contra de los intereses de
las grandes multinacionales, representados y defendidos por el
poder norteamericano! Las dos partes de la
explicación.

En cambio, no es la primera vez que los protagonistas de
un conflicto bélico internacional pretenden dividir al
resto de la humanidad entre "amigos" y "enemigos", negando
así  el legitimo derecho de muchos de estar "en
contra" de la guerra" o "en contra" de todos los
contendientes.

Por eso, la posibilidad de que cualquier
constatación objetiva – como cierto cambio de
actitud del
gobierno de Estados Unidos respecto del conflicto
palestino-israelí o la enérgica y abierta
intervención estatal en contra de todo el discurso de
libre empresa y libre
mercado, inmediatamente después del 11 de setiembre
– pueda ser (mal) interpretada como una apología a
los atentados de ese día, es un riesgo calculado y
asumido.

En este marco de las constataciones objetivas se
inscribe, también, una parte de la explicación de
la derrota de Estados Unidos en la OMC: después de haber
presionado a la Bayer para que redujera el precio de venta de su
antibiótico "Sipro" – la principal defensa de la salud publica
de Estados Unidos frente a los ataques con ántrax – el
gobierno de ese país se quedo sin argumentos ni autoridad para
continuar rechazando la reivindicación de Brasil y
Sudáfrica.

La otra parte es mérito indiscutible de los
gobiernos de esos dos países – en el caso de Brasil
muy especialmente de su ministro de Salud, José Serra
– y de todas las naciones que, finalmente, comprendieron la
necesidad de colocar el bien común, la salud y la vida de
sus pueblos, por encima de los intereses particulares, por
poderosos que estos sean.

Las lecciones de Doha
Las lecciones de Doha
son demasiado importantes como para que queden sepultadas bajo
los escombros del WTC  o entre las ruinas de Masar-i-Sharif
y Kandahar.

La primera es que, aun en las peores circunstancias, en
medio de un contexto internacional dominado por la consiga
"conmigo o contra mí", con un margen de maniobra para las
posiciones soberanas, independientes y dignas reducido a su
mínima expresión ¡si se puede! condenar el
terrorismo sin por ello renunciar a las legitimas
reivindicaciones nacionales y populares. Y ¡si se puede!
hacerlas valer.

La segunda tiene que ver con los métodos. Con el
empleo de los
métodos de "nuestra" civilización, es decir la de
la humanidad, con  aportaciones de todas las razas, todos
los credos, todos los puntos cardinales: la confrontación
de ideas, la acumulación de fuerzas sociales, nacionales e
internacionales, la negociación política y
diplomática, en contraposición a la barbarie de la
violencia y la guerra. O ¿ acaso hubiese sido más
útil un bombazo contra la sede de la OMC?

La tercera – y tal vez la más importante
– es que el verdadero poder no surge del canon de los
fusiles sino de la correspondencia entre las necesidades y
aspiraciones de la sociedad civil
(bienestar, paz, respeto de las
libertades y los derechos humanos) ,y las políticas
públicas. Cuando ambos niveles entran en sintonía,
como ocurre en Brasil en el caso de los medicamentos contra
el SIDA
– el único país que los distribuye
gratuitamente – ese consenso es prácticamente
indestructible. Y la razón que lo anima, tarde o temprano,
prevalece.

j. Las cifras de
desaparecidos, por países

1. Es imposible contarlos

Un buen número de países ha elaborado ya
sus propias listas de desaparecidos con las cifras de ciudadanos
que se encuentran en paradero desconocido tras los atentados
terroristas en Nueva York y Washington del pasado día
11.

PAIS

DESAPARECIDOS

MUERTOS

Alemania

96

Cuatro

Argentina

5

Australia

55

Tres

Austria

26

Uno

Bahamas

1

Bangladesh

55

Barbados

3

Bélgica

5

Belice

4

Brasil

8

Canadá

55

Colombia

18

4

Corea del Sur

30

Chile

131

2

China

4

Dinamarca

1

Ecuador

12

12

Egipto

4

España

1

Filipinas

115

12

Finlandia

50

Francia

10

Grecia

30-50

Guatemala

6

5

Holanda

400

3

Honduras

7

1

India

250

Indonesia

1

Irán

5

Irlanda

40

4

Israel

133

Italia

38 (29 heridos de nombre italiano pero no se
conoce su nacionalidad)

Jamaica

7

Japón

23

Jordania

2

1

Kenia

1

Líbano

4 (uno de ellos puede ser un
secuestrador)

Mexico

17

Nicaragua

1

Nigeria

94 (no oficial)

Panamá

3

Paraguay

1

Perú

3

1

Polonia

30

Portugal

4

R. Checa

10

R. Dominicana

25

1

Reino Unido

200-300

Rusia

96

El Salvador

100 desaparecidos

Suiza

100

6

Taiwan

7

Uruguay

14

Venezuela

3

Yemen

8

 

 

Autor:

Alcoser Serrano Paco Junior

Abanderado de la Academia Naval Guayaquil (Ecuador)

Ganador de algunos Concursos de Oratoria

Excelentes puestos en Concursos de
Matemáticas

Partes: 1, 2
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